sábado, 27 de agosto de 2011

Ya que es por la tarde, y hace frio, ven a abrazarme. Y ya que tengo miedo, prometeme que siempre estaras a mi lado.


Dicen que afortunado en el juego, desgraciado en amores. En mi familia, hay una tradicion. Todas las tardes en la playa nos reunimos alrededor de una mesa para jugar al parchis. Hace ya tres generaciones que empezo esta tradicion, y aun se sostiene. Mi padre, mi abuela, mi hermana y yo competimos cada tarde. Mi padre tiene el color verde, mi abuela, el amarillo. Mi hermana el rojo, y yo el azul. Azul como el mar, como el cielo que nos une. La verdad esque el azul siempre fue mi color preferido, pues representa libertad, grandeza.
Recuerdo que el año pasado, tenia muy mala suerte al jugar. Mi hermana siempre me ganaba, como mi padre. Lo reconozco, siempre me gusto ganar. Pero hace tiempo que lo estuve pensando. Este año no paro de ganar, asique, aplico el dicho a mi propia vida. Asique ahora, cuando gano, me desilusiono. Siento como ya no piensas en mi, como ya me olvidestas. En cambio, cuando pierdo, ahora sonrio. Porque siento que en parte, piensas en mi. Que en parte me echas de menos. Y eso, me gusta.

sábado, 20 de agosto de 2011

Donde estás, te necesito.


Estoy en la playa. Aqui todo es diferente, distinto. El aire tiene otro perfume, más fresco, más puro. Ahora mismo tengo vistas al mar. La playa está abarrotada de gente. Miles de sombrillas ocupan todo el espacio de ella, llenando mi vista de miles de colores. El agua está sucia, ya que unos días hubo levante. Trato de entretenerme mirando el mar para no pensar en ti, pero es una mision imposible. El mar me trate recuerdos. La playa me llena de momentos vividos en un tiempo no muy lejano. El ciber de debajo de mi casa me muestra el tiempo en el cual estaba contigo. Todo, todo lo que está a mi alrededor me recuerda a ti.
Recuerdo lo facil que era sonreir aquí el año pasado. Todas las noches que soñaba contigo, y cuanto te echaba de menos. Cuantos sueños tenia guardados tras la almohada. Cuantas caricias deseaba darte. Cuando entraba al agua, pensaba en ti. Cerraba los ojos y trataba de sentinte; estaba totalmente enamorada. Sonreia sin más y vivia la vida, no la contemplaba mientras que otros disfrutaban de ella como ahora. Era feliz, pero tan solo por ti. Recuerdo que pasé nuestro aniversario y mi cumpleaños en Londres, más lejos aun de ti. El dia de nuestro aniversario, amor, no pare de besar a mi almohada, de darte las buenas noches. Mentiría si digo que no pense en ti, ya que lo hacia a todas horas, igual que ahora. Te necesitaba a mi lado, y aun sigue siendo asi.
Necesito decirte algo. Necesito decirte que este año no se parece nada al anterior, y que este verano esta siendo muy duro. Porque no tengo un motivo concreto por el cual sonreir. Porque si, tengo la ilusion de estar contigo, de nuevo, pero no hay nada que me afirme que sea posible. Por eso estw verano se esta haciendo muy duro, Sergio. Un día, me dijistes...Bueno, me dijeron que este verano te iban a llevar aqui, conmigo, a mi lado, fisicamente. Y aun te sigo esperando. Aun sigo esperando que algun dia vengas a verme, porque lo necesito. Quiero abrazarte como nunca abraze a nadie, llenarte de besos, por la mañana y por el día, y mostrarte que nadie en este mundo, te amara, como yo te ame, y como yo te amo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Nuestro cuento de hadas.


He vuelto hace poco a mi casa, después de un largo viaje. He recorrido miles y millones de kilometros en unos días, y aún sigo preguntandome por qué es tan dificil recorrer aquellos que me llevan hasta ti. Me pregunto por qué 675 kilometros son capaces de separar a dos personas, que almenos una de ella nacio para estar junto a la otra. Porque nací para estar junto a ti, Sergio. Nací para mirarte con disimulo, o al menos, tratar que fuera así, a todas horas. Para ver como tu cumplias tus sueños, mientras que yo seguia soñando contigo. Para besar todo el suelo que pisaras, y hacer realidad tus mayores deseos. Nací para entrar en tu corazón y encierrarme con llave dentro de el. Siempre pensé que cada persona tiene una función en este mundo de locos sin sentido, y sé que esa es la mia. Porque..¿Quién va a cuidarte como yo?. Me pasaría mil noches en vela, solo para verte dormir, y protegerte de la oscuridad. Te dejaria cartas en la puerta de tu habitación, lleva de leves confesiones del fondo de mi corazón. Intentaría entrar en tu vida, y una vez dentro, nunca saldría. Utilizaria mejor que nadie esa expresión de que si le cojo, no le suelto, porque sería verdad. Pero todo esto, no es posible. Las historias perfectas, no existen nada más que en los cuentos de hadas, de princesas, y cosas por el estilo, aunque en realidad, en ellos, también existen las brujas, las cuales separan a la amada de su amado. Por eso, esta vez me refiero a ti, distancia como la mala de mi cuento de hadas. Porque ya que nada es perfecto, ni en los mismos cuentos, en la realidad menos. Tú, odiada distancia, formas parte de este cuento. Te llevastes a mi princepe muy lejos, antes de que yo misma naciera. Nos has condenado a los celos, al miedo, y a tener que hacer cada uno la vida por un lado distinto. Has llenado este cuento con miles de lágrimas, con miles de noches en vela, hasta combertirlo en un culebrón. Luego, divirtiendote con nosotros, te pasaste de la ralla, hasta combertirlo en una pelicula de drama. Y ahora, sigues así. Manejandonos a tu antojo, una vez más. Porque cuando pienso en estar contigo, el mundo se me para. Pero estás demasiado dejos. Nuestra mala de la pelicula, cada vez se hace más fuerte, por el tiempo, por la desilusión. Y poco a poco, se a apoderado de mi cuento. Ahora, lo que tenemos ya no es un cuento sin final, como yo te prometí. Tampoco diria que es un culebron, ni nada por el estilo. Quizás se parezca a una pelicula dramatica, por la poca ausencia que hay de lagrimas en ella. Pero no, lo que realmente tenemos ahora, es mucho tiempo echado encima. Son los recuerdos que se apoderan sobre ti. Lo que tenemos, cariño, es un puzle desmontado, que tan solo tenemos que unir. Colocar las piezas justo el lado que les pertenecen, unidas. Y en ese momento, estoy segura, realmente segura, de que nada, ni nadie, conseguirá separarnos de nuevo.