miércoles, 28 de septiembre de 2011

viernes, 23 de septiembre de 2011

Presente, aquí, ahora, conmigo, ya.


No tengo ganas de nada, sinceramente. Hace muchos días que no escribo por aquí. Muchos días que no me expreso, que no dejo que las palabras salgan de mi corazón para quitarme todo aquel peso que llevo tras la espalda. Hace ya muchos días que me peso a mi misma, que no soy yo, que no sonrio. Hace ya bastante tiempo que vivo sin ganas, que sonrio sin tener que hacerlo. Pero tengo que abrir los ojos. Tengo que afrontar la realidad, tengo que luchar por mis sueños. Tengo que luchar por todo aquello que un día quise, pero dejar a un lado todas las ilusiones del pasado que el presente mismo me ha confirmado que son imposibles. Debo olvidar todo lo que vivi en el pasado y comenzar el presente. Un presente, aquí, ahora, conmigo, ya. Siendo yo misma, sin llantos, sin penas, sin lágrimas, sin nada. Solo con sonrisas, con bonitas sonrisas pintadas en mi rostro. Nada de sueños ni de ilusiones rotas. Nada de principes azules ni cuentos de hadas. Nada de historias, ni de palabras bonitas. Nada de juguetes, nada de rosas. Tan solo yo. Yo y mi corazón. Yo y mis momentos vividos. Yo y las lágrimas que aún se derraman por mis mejillas. Yo misma, conmigo. Un presente conmigo a solas para poder afrontar lo que me depara en el. Con tiempo para pensar, para reflexionar, para conocerme. Para conocer a la chica que ya está cansada de llorar y quiere comerse el mundo. Un presente para olvidarte, a ti y a mi absurda gilipollez. Para olvidar todos los besos, todas las caricias, todos los recuerdos. Para quemarlos, para borrarlos, para sacarlos de mi vida. Un presente para tratar de ser feliz. Para buscarme un futuro, un buen futuro. Un futuro en el que tu no estés en mi corazón. Tatuaré mi nombre en mi propio corazón para así tachar el tuyo. Viviré por mi y solo por mi, sonreiré por mi y tan solo para mi. Borraré todas las fotos, todos los recuerdos, todo. Seré yo, quien siempre quise ser. Cariñosa, dulce, tierna aunque algo borde. Sencilla, rara, amigable, pava y demasiado bromista. Fria, seria pero alegre en los mejores momentos. Seré aquella que conocistes hace dos años. Aquella niña, pero esta vez más mayor. Con más experiencia, con más miedos. Con más dudas, pero con más ilusiones. Más ilusiones de vivir, de intentar ser feliz. Escribiré yo misma mi presente y no dejaré que nadie, ni el mismo destino se intrometa en el. Me encerraré a mi misma en mi corazón y lo sanaré con mis caricias. Con mis palabras, con mi ternura. Le pondré miles de parches hasta que se sienta bien. Le cuidaré, le protejeré, para que nadie más le vuelva a herir. Y cuando sane por completo, podré decir que soy feliz.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Te dejo ser feliz aunque me muera de pena.

Ya no eres mio. Duele, pero es la verdad. Ya no me quieres, ya no estás a mi lado, ya te has ido. Y es verdad, no sabes lo que tienes; hasta que lo pierdes. Y yo, ya te he perdido. Ya no eres mio, ya nunca más lo serás. Ahora, eres de otra. Una persona pasajera que se posó en tu vida para tratar de poner un fin en nuestro cuento. En aquel que tanto nos costo escribir. Aquel por el cual derramé tantas lágrimas, por el cual sufri, pero tambien fui feliz. Ahora, tú ya no estás en mi cuento. Te has ido, has borrado todos tus nombres de las páginas de este. Has cojido miles de folios en blanco, para empezar uno nuevo. Con ella, con otra, no conmigo. Has empezado a escribir una historia que puede que no tenga fin; o quizás si. Has decidido tirarte a la piscina, aún sin saber que te deparará. Me has dejado aquí sola, abandonada. Entre la multitud de gente, entre el frio, entre mis miedos, mis inquietudes, y mis ganas de tenerte cerca. Pero no voy a llorar por ti. No te voy a rogar que vuelvas a mi. Voy a tirar la toalla, lejos, muy mejos. Voy a dejar claro que me he rendido, que he fallado, pero que al menos; luché, lo intenté. Que puse todas mis ganas en que esto funcionara, en que se arreglara, pero no a podido ser así. Ahora tú buscas la felicidad por otro lado, lejos de mi. Y yo, tendré que hacer lo mismo. Tendré que intentar olvidarte, que ser feliz. Sí, me duele, sí, lloro. Pero cuando amas a una persona sobre todas las cosas, quieres que sea feliz. Contigo, con otra, eso poco importa. Y tú ya has elegido; a ella, no a mi. Por ello, tendré que afrontarlo. Tendré que cesar las lágrimas, que empezar otro cuento con mis páginas en blanco. Tendré que dejar de romper todo folio que se me ponga por delante. Tendré que decirle al miedo que se aleje de mi, que ya no es bienvenido. Y seré feliz. Tarde o temprano; lo superaré. Superaré que tu amas a ella, que ya no sientes esa palabra, ese sentimiento hacia mi. Podré decir que te ame, que fuistes todo para mi; pero que lo importante esque seas feliz. Junto a ella, junto a otra, poco me importa. Solo quiero que ella sepa apreciarte. Sepa apreciar aquello que tiene a su lado. Aquello a lo que yo tanto ame, a lo que yo tanto amo. Eso que fue tan importante, tan decisibo en mi vida. Quiero que le cuide, que le mime. Que le de todo el cariño que se merece. Que le haga sonreir, que haga que sus días estén llenos de sonrisas. Quiero que lo haga por mi. Que le aprecie, que sepa lo que tiene en sus manos. Quiero que cumpla ella el papel que yo rechazé, aquel que no supe manejar; por el cual no paro de llorar. Quiero que así al final se borren todos estos recuerdos, quiero sentir lo mismo que tu sentistes cuando te falle. Por ello, hazme daño, quierela, amala, dale todo tu corazón. Deja que me desenamore de ti, de todos tus defectos, de tu forma de amar. Hazme daño, vete con ella, demuestrame que me has olvidado; porque así al final no tendré más opción que hacer lo mismo.

¿Seguro que desea borrar su memoria?.

Ahora que estás lejos de mi, que ya no te siento, que la distancia se a agrandado, voy a ser sincera conmigo misma. Voy a confesar que aún lloro por ti, que aún sufro, pero que pronto no será así. Que voy a borrarte de mi mente, que voy a eliminar mi memoria, el espacio de esta; para que sea posible que se llene de otros recuerdos, menos dolorosos, más recientes, que puedan afectar a mi futuro. Me voy a gritar a mi misma un millón de veces si lo necesito que ya nada volverá a ser como antes. Que el pasado, pasado está. Que tu ya no eres mio, que yo ya no soy tuya. Pero que la vida continua. Que aún estoy en pie, y si he aguantado tanto; será por algo. Que no debo derramar ni una sola lágrima más por lo que quise que fuera y no fue. No tengo que ahogarme por dentro, ni encerrarme en mi misma. No, no debo caer de nuevo. No debo hacerme daño, no debo sufrir más dolor. Estoy cansada, lastimada, dolorida, confundida; pero aún sigo con vida. Y voy a ser feliz. Me lo he propuesto, y voy a serlo. Borraré todo aquello que me haga daño de mi vida. De diré adios a mi memoria. A los malos momentos, a las discursiones, a las lágrimas. Las borraré para que no vuelvan, para que se queden lejos de mi. Para centrarme en el futuro, para ver lo bueno que me depara. Borraré todo el puto pesimismo que tengo ahora inyectado en las venas, y lo sustituiré. Trataré de ser positiva, o al menos, lo intentaré. Ahora seré más fuerte, más dulce, más tierna, pero sobre todo, más madura. Porque he crecido. Porque lo que no te mata, te hace más fuerte. Por ello mismo, soy más mujer. Ya queda poco de niña en mi, poca inocencia, aquella que tenía cuando estaba contigo. Ya he crecido, ya soy otra persona. Más alta, más madura, con más miedos. Y saldré de este abujero que trata de aferrarse a mi. Saldré, veré como el sol sale, y seré feliz. Porque después de la lluvia, quieras o no, siempre sale el arcoiris. A la mierda el mundo. A la mierda los demás. A la mierda mi corazón que no deja de desangrar. A la mierda todo aquello que un día me hizo daño. A la mierda mi pesimismo, a la mierda mis miedos. A la mierda, fuera, los quiero, sí, pero muy lejos de mi. Fuera, ya no sois bien recibidos en mi.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Ya nada volverá a ser como antes.

Me lo has dejado claro. Ya te he perdido, ya he tirado todas mis ilusiones a la basura. Mi corazón a vuelto hacia mi al sentir tu rechazo, pero aún sigue en mil pedazos. Ya he sentido que eres peor que una droga, una droga que me ha estado matando lentamente. Pero no tú, sino tu amor. Tus besos, tus abrazos, tu distancia y tu puta manera de ser. Tus palabras, todos aquellos recuerdos que cada día me atormentan mas. Pero tú mismo me has aclarado todas esas ideas que tenia confusas. Aquellas que trataba de callar por las noches. Por las mismas que lloraba, por las mismas que sufria. Porque mi corazón sufria, mientras que mi cabeza deliraba. Y yo, tan solo lloraba. Pero ya no es así. Ya sé que no te tengo, que estás lejos de mi. Me siento vacia, como si todo aquel amor que me regalastes no hace tanto tiempo, me lo hubieras arrebatado sin más. Aquel que tanto traté de conservar en el fondo de mi corazón. Ahora estoy vacia, como una botella sin liquido en su interior. Pues tú te lo has bebido, pues tú te lo has llevado. Ahora ya no queda el cariño, ni la pasión, ni tampoco ninguno de esos momentos. Ya no están en mi ser, ya no los siento. Ahora solo son recuerdos. Fotos, momentos vividos. Del pasado. Un pasado en el que era feliz. En el que estaba contigo, en el que me amabas. Pero no, ya no más. Dile a los putos recuerdos que dejen de atormentarme cada día un poco más, porque ya no los quiero. No quiero sentirte, no quiero llorar más por ti. Me he quedado sin lágrimas, sin fuerzas. Quiero ser feliz, quiero recordar lo bueno que tuvimos para sonreir, pensando en aquel tiempo que duro. No quiero llorar más, no quiero sollozar más, no quiero caer, no quiero sufrir. Llevaté este dolor, lejos, muy lejos de mi, y quedate conmigo. Que se quede conmigo el Sergio de antes, ese que siempre salia a mi rescate. Que me mime, que me quiera, que cure a mi corazón. Que le haga entender que ya nada volverá a ser como antes. Que el ponga parches, que lo llene de cariño, de ternura. Para que al final vuelva a reconstruirse, para que sea el mismo. Para poder volver a ser yo, para poder intentar ser feliz de nuevo. Llevaté lejos de mi todos tus besos, todas tus caricias, todos tus te amos. Porque ahora mismo mi corazón está teniendo una reacción alergica hacia estos. Porque sangra, llora, duele. Porque me quedo sin aire al pensar en ti. Por ello mismo, alejalos, por favor. Borra todo el daño, todo el sufrimiento. Escribamos nuestra historia de dos en un pequeño libro y guardemoslo dentro de nuestro corazón, con llave, pero dentro, muy dentro de el, a lo hondo. Escribamos juntos el final. Como en tres metros sobre el cielo. Tu ya no me quieres, yo ya no te quiero, pero somos felices. Ojalá que algún día pudiera decir eso. Ojalá pudiera borrar la tinta que recubre mi corazón. Y ojalá que un día no muy lejano puda decir que te quise, con todo mi ser, que te ame, que te amo, pero que eres demasiado importante para mi. Que te amo, que te amaré, pero te quedarás dentro de mi como aquel amor que tuve de pequeña. Como todas las ilusiones que tenia, como las fuerzas que me mantenian viva. Pero nada más. Aquel que fue mi amigo, compañero, novio, amante y por ultimo, amigo de nuevo. Y que no empieze la cadena otra vez, por favor. No lo aguantaría, no podría soportar que comenzara y finalizara una, y otra vez mas. Por ello, por ello mismo, ordenale a mi corazón que te olvide. Ordenale que lo haga, obligale, lo que sea. Pero quiero que ya no duela más este amor. Quiero que las lágrimas cesen para poder mirar hacia el futuro. Díselo, tú, a el, que tanto le has querido, que el tanto te a amado, adorado, hasta el punto de morir por ti, dile que debemos escribir un fin en este cuento de dos. Dile que no será un final feliz, pero tampoco uno triste. Dile que siempre estaremos juntos, pero no del mismo modo. Explicaselo tú, díselo, porque a mi no quiere hacerme caso.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Querido Sergio del pasado:


Tengo que hablar contigo. Tengo que hablar con el chico que hace unos largos meses; me amó. Aquel que era cariñoso, amable, bromista y algo cabezota. El cual adoraba cuando discutiamos sobre cual de nosotros nos amaba más y cuando planeabamos un futuro juntos. Aquel que me enviaba mil mensejas, tan solo para preguntarme como estaba. Ese que me besaba, con amor, con cariño, pasión y sobre todo, con distancia. Con la distancia que habia entre nosotros. Aquel que me abrazaba con fuerzas y jamás me soltaba. Ese mismo que soñaba conmigo por las noches, y cumplia sus sueños nada más despertar. El mismo que se ponia rojo al hablar de mi, y deseaba tenerme a su lado. El chico que casi siempre sonreia y le encantaba llamarme cabezota. Adoraba mi sonrisa, mi manera de ser y sobre todo mis defectos. Pensaba que era perfecta, o que al menos, rozaba la perfección. Mis besos eran su peor droga y mis abrazos su mejor consuelo. Aquel chico que era mi angel guardian. Que velaba mis noches y yo velaba las suyas. Que habría dado todo lo que tenia por verme dormir y el cual daria todo lo que tiene por mi. Ese grandullon que con un hola conseguia hacerme sonreir y ser feliz. El cual aparece en todos mis libros de primero. Ese mismo que me a hecho llorar tantas veces, por al distancia que se encuentra entre nosotros, pero también me ha echo sonreir, y ser feliz como nadie, porque aun asi, le tenia a mi lado. Aquel chico que existio un dia, y que se combirtio en mi vida, en lo mejor de ella y en mi sonrisa. Ese que cuando sonreia, me hacia volar hacia el cielo, imaginando el pequeño oyuelo que tiene el la barbilla. El mismo que aparecia en mis sueños y me abrazaba con fuerzas. Con el que pasé mil noches secretas y también cumplí cientos de sueños ocultos. Con el mismo que aprendí lo que significa la palabra amar. Aquel chico que sé que firmaria su muerte, por tenerme delante aunque fuera unos simples segundos. Con el cual crecí, aconstumbrada al calor de su cariño. Ese que era tan dulce, tan fuerte, tan grande. Demasiado cariñoso, increiblemente perfecto. Aquella perfección en un mundo de imperfectos, que hasta a veces me dejaba sin aliento. Era el que soñaba cada noche, el que pensaba por el dia y por el cual sonreia. Con esa sonrisa, con esa boca, con ese cuerpo, con esos ojos. Aunque estuviera lejos, le sentia cerca. Aquel que decia que distancia era solo una palabra. El que me hizo un millon de promesas, y muchas de ellas las cumplio. Otras quedaron guardadas con llave dentro de mi corazón. El mismo que me dedicaba algunas canciones, y decia que era la suerte de su vida. El que estaba seguro que un futuro cercano estariamos juntos. Ese que me agarraba de las manos, las acariciaba, las besaba; y no queria soltarlas. No quería dejarme ir, queria que siempre permaneciera a su lado. Ese chico es al que yo amé y al que yo amo. Con ese es con el que yo quiero hablar. Quiero hablar contigo, Sergio del pasado. Porque sé que estás aquí, porque sé que aun queda algo de ti. Quiero que me abraces fuerte, y nunca me sueltes, como siempre quisistes hacer. Quiero que borres todo el odio, todo el miedo, todo el rencor que existe en ti y vuelvas a mi. Quiero que vuelvas a ser el mismo chico de antes, el que me amaba, el que me cuidaba. Quiero que aparezcas en mis noches frias y me consueles con tu cariño. Quiero que borres todo lo malo que pasó entre nosotros y empezemos de nuevo. Para poder ser felicies, para poder ser nosotros mismos. Asique, vuelve a ser tu, por favor. Querido Sergio del pasado, tengo que confesarte varias cosas. Quiero que sepas que te amé y que amo con todo mi ser. Que habría dado todo lo que tengo por ti y tan solo por ti era feliz. Que me pasaba miles de noches en vela, pensando en la impotencia de tenerte tan lejos. Que tenia planeado ir a tu lado, escaparme de casa, cojer un autobus, y que el mismo destino me guiara hacia ti. Que después fui una imbecil y me cai. Que todos los sueños y ilusiones que guardaba para ti, aun siguen aquí. Que quiero que le digas a ese tú del presente, que estoy aquí. Que aun existo, que le echo de menos. Que sigo siendo la misma que ayer, solo que un poquito más vieja. Que siento mucho el daño que le hize, y que por mi se transformara. Pero que confie en mi, que sea el mismo. Que aún estoy aqui, para lo bueno y para lo malo. Que le amo a pesar de todo y que jamás me perdonare el daño que le hize. Por favor, amado, diselo. Haz que llegue a sus oidos, y que venga a mi. Porque le necesito. Cada vez es más dificil sonreir, cada vez es más dificil existir. Quiero tenerle a mi lado, te lo prometo. Te prometo que no miento cuando te digo que lo unico que necesito es a ti. A mi Sergio del pasado, a mi niño, a mi vida, a mi sonrisa. Vuelve por favor, siempre tendrás la puerta de mi corazón abierta para ti.

viernes, 9 de septiembre de 2011

He visitado a mil doctores, y ya no saben que hacer con mi corazón.

Me duele el brazo, mucho. Ayer por la noche, salí con una amiga a la feria, y una de las atracciones, me lo daño. Tengo medio brazo izquierdo lleno de grandes rojos moratones. Y me duele, mucho. Hacía tiempo, quizás unos pocos meses que no experimentaba este tipo de dolor tan fuerte. Últimamente, tan solo trataba de aprender a vivir con tu ausencia. Sin ti, sola entre la multitud de gente. Pero hoy tuve el honor de experimentar ambos dolores, juntod, y mi corazón tiembra por esta mala mezcla. Apenas puedo mover el brazo, pues lo tengo medio inmovilizado, y mis ojos siempre suelen tener un leve brillo al pensar en ti. Al recordarte, al soñarte. Y lo malo esque no existe medicina alguna para este dolor que tengo. Tan solo tiempo y paciencia. Tiempo para que sane la herida, tiempo para que mi vida deje de tener un tono gris. Tiempo para que el dolor cese poco a poco y mi sonrisa ya no se borre con tanta facilidad. Solo necesito tiempo. Lo malo, esque depende de lo profundas que sean las heridas, tardan mas o menos en sanar. Una de las heridas que tengo ahora, lleva más de un año desangrandose. Y no hay doctor que sepa solucionarlo, ni ninguna medicina posible. Me quedé prendada a una droga que no tiene medicacion para salir de ella. Tus labios, tu amor, tu felicidad, simplenente, tu. Dicen que un clavo saca a otro, pero uve posibilidad de comprobar que no hay nada verdadero en esa frase, pues el primer clavo siempre queda anclado. La herida no se borra, no se cicatriza, por eso debes aprender a vivir con ello. Y debo aprender a vivir sin ti, sin tus caricias, sin tus besos, pero es algo imposible. Necesito de tus brazos cuando caiga, de tu calor cuando tenga frio y de tud besos para sanar mis heridas.
Mi brazo, con un poco de esfuerzo y tiempo, estoy segura de que sanará. Pero mi corazón aun sigue roto, aun sigue llorando. Mi corazón aun llora en silencio desde tu ida. Y como hoy mismo me dijeron: No hay solución para el mal de amores. Ya no eres mio, ya no soy tuya. Tu ya sonries, yo ya no lo haré.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Tener una máquina del tiempo, para volvertelo a hacer.


Me duele el corazón. Mi pequeño órgano vital no para de llorar, de gritar. Se está desangrando por dentro. Sé que trata de decirme que luche, que le recupere; a ambos. Pero es imposible. Lo he estado pensando durante toda la noche, mientras un gran dolor de cabeza se apoderaba de mi mente un poco más cada segundo. He pensado en todo lo que hize, en todos los fallos que cometí. Y volví a arrepentirme una vez más. Una vez más volvi a llorar sobre mi almohada. Una vez más sollozé en silencio en medio de la oscuridad y de la noche, de la soledad. Y una vez más, abrí los ojos. Ahora estás muy lejos de mi, y no me refiero a la puta distancia que se intromete entre nosotros. Si no que ya no sonries por mi. Ya no vives para mi. Ya no sueñas conmigo. Ahora, todo es distinto. Ahora tienes tu vida, y se supone, que yo la mia. Ahora tú eres feliz, o quizás tratas de serlo, y yo estoy estancada en el pasado. Ahora me ves como una amiga, a pesar de que puedas sentir algo más hacia mi. Y eso, duele. Duele pensar que cumplo un papel en este cuento que no es el indicado para mi. Ya no soy tu vida, ya no soy tu niña. Ahora simplemente soy; Marta. Una chica que hace un tiempo, fue mucho más que una vida para ti. Mucho más que un sueño, mucho más que todo. Pero eso, es pasado. Ahora solo soy otra más de las personas que está en tu vida, no la única. Y al pensar en ello, siempre rompo a llorar. Pude ser tu aire, tu consuelo, tu amor, tu amada, tu amiga, tu niña y tu apollo siempre que necesitaras. Pude cumplir todos tus sueños en el corto tiempo que tuve para demostrarte mi amor; pero me quedé paralizada. Ojalá tuviera una máquina del tiempo, para darle marcha a atrás.

Me iría contigo, de aquí a la eternidad.


No me salen las palabras. Estoy asustada, tengo mucho miedo. Tiemblo, lloro, sufro. ¿Por qué estás tan lejos? Es algo que siempre me pregunto. Por qué el destino fue tan cruel. Si hubieras estado a mi lado, todo hubiera sido más fácil. Me acompañarias al instituto por las mañanas, y nos despidiriamos con una gran cantidad de besos. Quizás también vinieras a por mi cuando acabara; y me abrazarías por dentras con cariño, con amor, con dulzura, susurrandome un enana al oido. Estaría todo el día soñando en ti, y sé que me protejerias de todo el daño que se encuentra a mi alrededor. Sé que pondrias mala cara a todo aquel que me mirara por encima del hombro, y me abrazarias con fuerzas cuando algo malo pasara. También sé que cuando algo fuera mal, y saliera corriendo; tus brazos serian mi mejor refujio. Me pasaría mil noches en vela a tu lado, seguro que de vez en cuando pasarias por mi casa; y mi madre te daria con la puerta en las narices. Pero yo saldría a tu rescate. Yo te colaria con cuidado en mi habitación, y dejaria correr al reloj. Te besaria, te amaria, te cuidaria. Te mostraria todos mis sueños, y puede que tú me los cumplieras. Me dirigiria a ti siempre con una sonrisa. Podríamos tener miles de fotos, y miles de videos. Seguro que al estár una tarde sin ti, sin tenerte a mi lado, me explotaria la cabeza. Me llevarias a mil lugares ocultos, secretos tan solo para nosotros, y en ellos llegariamos hasta las nubes. También visitaria tu casa, y podría conocer a tu dulce hermana pequeña. Te contaría todos mis miedos, y tú sabrías como tranquilizarme. Sería feliz. Cada dieciseis me escaparía de casa para despertarte con un beso en los labios. Me combertiria en tu vida, y también en lo mejor de ella. Ojalá todo hubiera sido tan facil. Ojalá mi única preocupación hubiera sido tenerte a 10 minutos de mi casa, y que mis padres no aceptaran esta relación. Porque así, sería feliz. Porque así, siempre tendría un motivo por el cual sonreir.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Abrázame fuerte, y nunca me sueltes.


Estoy pensando en ti. En todo lo que vivimos, en todos aquellos momentos. Pienso en aquellas mañanas que te levantabas a las once y media, y desde entonces, opté por llamarte marmota. También pienso en tus besos, en la dulzura que habia en ellos, en como tus brazos rodeaban mi cintura para que nunca me separara de ti. Porque yo te abrazaba por el cuello por ello mismo; por el miedo a que desaparecieras. Por el miedo a quedarme sin ti, por el miedo que al final se a cumplido. Te besaba con amor, con todo el amor que mi corazón guardaba dentro, con ternura, cariño, con pasión, con confusión hacia nuestra mala de la pelicula; la distancia. Te besaba a distancia con unos simples asteriscos. Pero te sentia. Me imaginaba el sabor de tus labios, el cariño y el calor que ellos me guardaban. Soñaba con aquella promesa que un día me hizistes: " Te besaré, te prometo que algún día te besaré..." Y ahora me echo a llorar nada más recordarla. Me gustaba sentir tus brazos, que me abrazaras con fuerzas, y sobre todo que me susurraras al oido que me amabas. Me encantaba, porque trataba de escucharlo en mi interior, en el viento. Quería escuchar ese te amo tuyo. Siempre me sentí protejida entre tus brazos, cosa que ya sabes, y extraño besarte por el cuello, aunque tan solo sea por las mejillas. Extraño que me abrazes con fuerzas, que me apolles en tu pecho, porque lo necesito. Porque he intentado decirte ya muchas veces una simple palabra: "Abrazame..." Pero me da miedo. Me da miedo que me rechazes, que no quieras. Quiero poder llorar en tu pecho con toda sinceridad. Quiero que me consueles, que me hagas sonreir, que te preocupes por mi. Que estes conmigo y no me dejes sola. Que llenes mis noches frias con tu calor, con tu cariño. Quiero que me estreches entre tus brazos aunque sea por unos simples asteriscos para poder volver a sentirme viva. Lo necesito. Necesito de tus besos, de tus caricias. Necesito mirarte a los ojos, y poder llorar sin ningun miedo delante de ellos. Perderme en tu mirada, sentirme tan pequeña.... Entender porque te amo tanto, porque te extraño tanto y culparme por haber sido tan inmadura hace casi un año. Por ello mismo, te lo pido, te lo ruego; quedate conmigo. Ven y abrazame con fuerzas, consuelame. Porque te necesito, angel guardián, te necesito como nunca te necesité. Necesito un motivo por el cual sonreir; y sé que ese motivo tienes que ser tu.
Mientras varias lágrimas corren sin obstaculo por mis mejillas, le vuelvo a gritar al viento que te necesito, aquí, a mi lado; conmigo.

Soy lo que he vivido.


Voy a tratar de describirme. No diría que soy perfecta, ni especial; pues miles de defectos se apoderan de mi. Pero sí diferente. Sí, soy diferente al resto, o al menos me considero así. Pueden llamarme bicho raro si creen que es un apodo muy acertado hacia mi. Porque yo misma afirmo que soy la oveja negra del rebaño, la cual siempre va por un camino distinto. Pero me gusta ser distinta al resto. Me gusta ser única, única en mi especie. Admito, soy sensible, algo llorona y muy poco egoista. Sensible, pues a la primera de cambio algo me afecta. Me hunde, me debilita. Soy muy fácil de emocionar, y al mismo tiempo, muy facil de hacerme llorar, de herir mis sentimientos. Llorona, pues de pequeña por cualquier cosa comenzaba a llorar. Ahora, últimamente, es algo parecido. Sin más, rompo a llorar. Exploto, inhundo la Tierra. Pero teniendo en cuenta por la situación que estoy pasando, trato de pensar que ya vendrán tiempos mejores. Después, poco egoista. Con ello me refiero a que pocas veces pienso en mi misma, y en el daño que puede causarme. En como estoy. Porque para mi, eso no es lo importante. Lo importante son los demás. La poca gente por la cual sonrio. Lo importante es esa persona a la cual aún sigo amando a traves de todos esos horribles kilómetros. Pero admito, que en algunas veces, he sido un poquitín egoista. Cuando ya no aguantaba más, presa del pánico. Pero me arrepiento. Traté de buscar mi felicidad robandosela a la persona que más amaba. Traté de volar hacia las nubes, pero al final, me cai. Y la caida dolió más de lo que os podeis imaginar. Y después, sin nada, sin nadie, me tuve que levantar. Tuve que ponerme en pie sin una mano a la cual agarrarme. Aguantando las miradas de odio, de rencor, de algunas personas de mi lado que sin más, se transformaron. Sentí como las paredes en las cuales me encontraba cada vez se hacia más pequeñas y más estrechas, y como esa sensación, me asficsiaba. Me dí cuenta que perdí a lo que más queria, y que esa era mi condena. Estar muerta en vida. Y desde ese momento, me hize una promesa. No volvería a pensar en mi. En lo mal que estaba, no volvería a hacerme bien si tenía que dañar a alguien que estuviera a mi lado. Me lo prometí, me lo juré. Juré que nunca más seria egoista, y que sufriria en silencio viendo a los demás felices. Y aún cumplo esa promesa.

Considero que soy amable, dulce, algo graciosa, pues siempre suelo bromear con todo y tranquila. Amable pues la gente que me a educado a lo largo de mi vida, siempre se quedó encantada de la ternura de mis palabras. Todos aquellos que han podido ser mis profesores, los que me han conocido más de cerca. Dulce, considero que soy dulce por el modo que tengo de referirme a la gente. Suelo usar mucho los apodos cariñosos, y siempre hay dulzura en mis palabras. Pues las digo de corazón, mi corazón trata a la gente que realmente quiero. Pienso que soy graciosa porque si me lo propongo, siempre consigo que la gente sonria o ria. Quizás sea por mi risa; única entre miles. O puede que quizás por el deseo que tengo de hacer bien por todo el daño que hize. Y tranquila. Soy muy tranquila, pues nunca busco pelea. No suelo gritar, no suelo enfadarme. A no ser que tenga un mal día, claro. Pienso que todo se puede solucionar hablando, y si las cosas se sacan de quicio, quizás luego te arrepientas durante toda tu vida. Por ello, siempre trato de tragarme mi orgullo y asentir.
También soy tierna, cariñosa, demasiado cursi y segun he oido que dicen; sincera. Tierna y cariñosa porque a la primera de cambio, me como a besos a quien tenga delante. Porque al ser tan sensible como soy, con tan solo dos simples palabras el dolor que siento por dentro cesa durante dos simples segundos. Luego, cursi. Es algo que mucha gente utiliza para reirse, pero es verdad. No es porque viva en el mundo de color rosa, ni nada por el estilo. Tan solo, porque soy así. Porque me gusta decir las cosas que em salen del corazón, tal y como pienso, por ello; dicen que soy sincera.
Reconozco, también soy borde, fría, distante y algo arisca cuando quiero. Normalmente, con la gente que algún día me hizo mucho daño. O en aquellos días que mi alma no puede aguantar nada más.
También soy tímida, y callada. Me cuesta mucho relacionarme con la gente, por el miedo al rechazo. No sé hablar en grupos grandes de gente, y algunos de mi familia piensan que es un gran problema que tengo. Pero yo no quiero darle importancia. Siempre tengo al lapiz y al papel para consolarme. Siempre tendré este blog para que las pocas personas que lo lean; me entiendan.
Y soy así, tal y como digo. Transparente, posesiva en ciertos modos, celosa. Miedica, orgullosa, de apariencia fuerte, realmente tan frágil como un cristal. Enamoradica, fácil de engañar, pero también con personalidad propia. Muy debil, y muy estudiosa. De las que se queda atascada en el pasado porque el presente tan solo el hace llorar; y el futuro está demasiado oscuro. También de las que se pasan toda la noche en vela pensando en como arreglarlo. Y soy así, en lo bueno, y en lo malo. Con mentalidad madura, con miedos inmaduros. Mayor para algunas cosas, cría para otras. Cabezota, muy cabezota.

Una vez, hace poco, me dijistes que nunca cambiara. Dijistes exactamente que era fantástica, graciosa, cabezota, hermosa, sincera y perfecta a mi manera. Después de esto, añadistes un: "y espero que nunca cambies nada de ti, pues todo me encanta, incluido, todos los defectos que tú dices tener." Y tú, cariño, eres la persona que mejor me conoce en este mundo. Que conoce mis miedos, mis ilusiones, hasta mis fallos. Por ello, te prometo, no, mejor, te juro, que nunca cambiaré; siempre seré tu boba, tu niña.

martes, 6 de septiembre de 2011

Nunca, nunca más te rindas.


Tengo catorce años. Algunos pensareis que soy muy jóven, demasiado para entender de lo que es el verdarero amor. Pero no es así. El amor no tiene límites, ni edad. No hay nada que pueda romperlo. El amor dura, y durará todo el tiempo que tu propio corazón trate de asimilar que ahora pertenece a otra persona. Porque una vez que amas, que has amado de verdad, tu pobre órgano vital deja de pertenecerte. Tu amado se lo lleva, lejos de ti, aun sin que ninguno de los dos quiera.
Y entonces, tú, presa del pánico lo echas en falta. Añoras a tu corazón, y maldices las veces que no le escuchastes. Pues ahora no está, ahora está lejos. A 675 kilómetros de ti. A muchas horas en carretera para encontrarle, en un lugar que nunca visitastes. Entonces recuerdas las típicas peleas entre tu cabeza y tu órgano vital. Como ambos luchaban una y otra vez. Tu cabeza con lo que pensaba; tu corazón con lo que sentia. Y tú, confundida, no sabías que hacer. No sabías a quién darle la razón, por lo cual, tan solo te dedicabas a escucharles y a llorar. Y ahora extrañas esas tipicas peleas. Pues tu corazón ya no está, ya se a ido. Por no hacerle caso; te ha abandonado. Y ahora, tu cabeza no para de dar vueltas. Piensas, piensas y piensas; pero ya apenas sientes. No sientes el agradable tacto de la brisa, tampoco sientes la típica felicidad que se experimentaba tras haber hecho algo bien. No, ya no. Ahora tan solo sientes miedo, y dolor, y confusión. Porque has perdido a las dos cosas que más quieres en este mundo. Porque aunque te pongas la mano entre ambos pechos y sientas a un supuesto corazón palpital; el tuyo ya no está alli. Está lejos, muerto para ti. El sustituto tan solo te da un amargo y lento palpito.
Tu cabeza intenta ayudarte. Se siente culpable, y es normal. Cumpable de que le hizieras caso a ella. Cumplable de que ahora te encuentres así. Y tu mente trata de buscar una solución; recuperarle. Tienes que recuperar a tu corazón, y a la persona por la que lo perdistes, a la que amas. Tienes que luchar, que sacar tus mejores armas; tus sentimientos. Tienes que dejarte guiar por lo que un día tu corazón te dijo, y aún estás segura de que esté donde esté, sigue pensandolo. Y tu pequeño organo vital está esperandote. Espera que regreses, que hagas las cosas bien de una vez. Porque aunque eres pequeña, recctificar tras fallar es lo normal. Y entonces, tú, pequeña princesa de tu cuento hundido, comienzas esa pequeña lucha. Estás apollada de tu cabeza, ahora es algo que tienes claro; pero te falta tu corazón. Tienes que recuperarle sea como sea. Para volver a ser feliz. Para volver a sonreir y claro, como no, para volver junto al hombre que amas. Y ahora, que lo tienes claro, princesa, lucha por lo que quieres, por lo que querias. Y nunca, nunca más te rindas.
Att: Tú pequeño organo vital.
De mi para mi.