jueves, 19 de enero de 2012

Este blog no está cerrado por reparaciones, ni abandonado por la falta de inspiraciones, si no ausente por las pocas ilusiones.

jueves, 5 de enero de 2012

Dicen, dicen muchas cosas.

Dicen que esta vida, es la experiencia más grande, más bonita y más duradera que podrás experimentar. Dicen, que las sonrisas se esconden debajo de los malos momentos, y que las carcajadas salen, salen al fin como la tormenta cesa, un día cualquiera. Dicen que no puede haber un mañana sin un hoy, ni un hoy sin un ayer. Dicen, que el ayer es el recuerdo de todos aquellos momentos, algunos tan buenos, otros tan malos, que te formaron, que se gravaron, incluso que te dañaron. Dicen, que el presente es como un libro abierto, un nuevo mundo, un millón de folios en blanco; para escribir en ellos, narrar tu vida, lo que ocurre, el día a día. Dicen que el futuro, es un avismo oscuro, infrancreable, que nadie verdaderamente sabe que sorpresas esconde. Dicen que un ayer pudo ser malo, pero seguro que el hoy será bueno. Dicen, que un hoy pudo ser terrible, pero que un mañana será indestructible. Dicen que el que hoy llora, mañana ríe, y que el que hoy ríe, que tenga por cierto que mañana llorará. Dicen que es más valiente el que llora que el que oculta sus lágrimas. Dicen que no tan solo se madura con los años, sino que también con los daños. Dicen que una sonrisa puede ser equivalenta a la felicidad de miles y millones de sonrisas, y que una lágrima, puede llegar a causar la auto-destrucción. Dicen que es más fácil llorar que sonreir, pero que antes sonrias. Dicen que es fácil soñar, pero muy dificil cumplir tus sueños. Dicen, dicen y dicen. Dicen muchas cosas, algunas ciertas, otras menos. Dicen que el día de mañana será duro, largo, pesado, y que apenas nadie seguirá a tu lado. También dicen que un sueño se rompe, se esfuma, y se queda en el olvido a la primera de la vencida. Dicen que una pesadilla es lo mismo que un mal sueño; o incluso que uno bueno. Dicen que se puede soñar, vivir, morir. Y yo digo que para esto estoy aquí. Estoy aquí, para decirte lo que verdaderamente otros dicen. Otros, todas aquellas personas supuestas e imaginarias que acabo de inventarme. Mis pensamientos, mis gustos, todo, a mostrarselo al aire. Tengo que hablarte, a ti, de mi, conmigo. Decirte cuantísimo eres para mi, por mucho que algún día, no haya podido demostrartelo. Decirte que sí, que te quiero, y que sí, que también te espero.

domingo, 1 de enero de 2012

Mis primeras palabras hacia ti, pero nunca las últimas, como tanto prometi.


Quiero hablarte, de nuevo, sí, como tantísimas veces ya he hecho. Quiero comenzar este nuevo año contigo, conmigo, con nosotros. Pero no, no confundas de nuevo; como tanto te gusta hacer. Quiero empezar contigo, contigo a mi lado, para narrarte todo lo bueno que me espera, y que incluso a ti también te espera. Que tu, yo, justos, separados, ya nunca más volveremos a ser tan solo uno. No, ya no, nunca más. Tu serás tu, y yo, seré yo. Tan distintos, y tan parecidos al mismo tiempo. Quiero celebrar contigo este cambio de año, el cual, a sido frio, amargo, no demasiado preciado. Quiero volver a sonreir, junto a ti; a sentir tus abrazos, tu cariño, pero no, repito, no, no quiero sentir tus besos, tus labios, tu jodido cariño y tu prisionero corazón. No, no quiero, ya no. No quiero sentir tu calor, la calidez de tu amor. Quiero sentir tu sonrisa, tu forma de vivir, de ser feliz. Conmigo, sin mi, poco ya me importa. Quiero empezarlo bien, contigo, conmigo, no como la otra vez. Ambos juntos, para volver a renacer. Tu, yo, tan unidos y tan separados al mismo tiempo. Para soñar, luchar, por ti yo, por mi tu, por nuestra felicidad.

Lucha, gana, pierde, hasta que al final encuentres la verdadera salida.


Ha empezado un nuevo año. Otro, otro nuevo año, sin ti, sin mi, sin nosotros. Vengo, vengo aquí para contarte, para narrarte tanto lo bueno, como lo malo que puede depararnos este nuevo año; frio, ausente, vacío. Es un nuevo libro, un nuevo diario, el cual debo rellenar, poco a poco, con o sin tu ayuda. Un nuevo, nuevo año, muy distinto al resto. Lleno de errores, de fallos, de recuerdos, de miedos, de lamentos, de llantos, o incluso de alegrias, de vidas, de amores, de perdidas, de melancolia. Un año, en el cual no se ausenta el miedo, el añoro, el amor, el odio. Tengo, tengo realmente miedo y muchas ilusiones sobre este nuevo año. Miedo, miedo a fallar, a caer, a volver. A todas aquellas promesas, a aquellas dudas renacidas, a aquellos sueños, deseos, a aquel avismo, al puro dolor, a las lágrimas, la sangre, las heridas, a las desilusiones. Y ilusiones, grandes, puras, sinceras, verdaderas, por algo bueno, una gran sonrisa en mi rostro, una nueva vida, sin ti, conmigo, sin nadie más, algo seguro, fijo, único en la cual lo más importante sea el bienestar, la felicidad; poder conocer su verdadero significado, en muestra de mis miedos, esfumados por el tiempo, por las sonrisas, grandes, únicas, tan excasas en mi, por las buenas hazañas, por los buenos recuerdos, por todo aquello que provoca una extraña y reconfortaria sensación, la alegría. Siendote sincera, tenía y en parte, tengo grandes ilusiones y propositos por este nuevo año; tan vacio, tan frio, tan extraño, lleno de prediciones, unas buenas; otras peores. Tengo promesas, sueños, deseos, los cuales he gritado con fuerzas mil y un veces perdidas sin cuenta, para que al fin, se cumplieran. El año pasado se ha ido, se ha borrado, se ha esfumado. Todo aquel dolor, las cicatrices, el daño, los malos actos; ya estan lejos, muy lejos, aunque realmente cerca, muy cerca en mi, en mi vida, en mis recuerdos, tales que proceden del mismisimo y justo ayer. Siendote sincera, a ti, a aquel que tanto ame, que aún algo amo, ayer, justo cuando nuestro año finalizaba, nuestro peor año, en el cual, nos separamos, nos alejamos, de forma fria, sin despedida; dejandote y dejandome sola, para luego buscarte, reencontrarte, llorarte, sufrirte, amarte; en sueños, en fantasias, sin encontrar nada cierto en ellas. Un año doloroso, vacio, aunque realmente lleno. Lleno de tu ausencia, de mis fantasias, de mis caidas, del daño, de la asxifia, de todos los motivos por los cuales comenzé estas pequeñas y grandes confesiones del alma. Nuestro año, el año del fin, de un fin para siempre, como nuestro siempre. Un siempre, tan sincero, tan puro, tan horrible, tan despreciable, cosa por la que ya no acepto esta misma palabra. Tan bonito, único, tan jodidamente perfecto, que al final acabó por no ser más que un puro vicio, un vicio, ligado a las mentiras, a la pasión, al amor; al loco amor, un amor sin límites, sin fronteras, sin la existencia de la mala de nuestra película, la distancia. Ha sido malo, absurdo, lamentable. He aprendido a llorar, pero no a reir. A soñar, pero no a vivir. A morir, pero no a nacer de nuevo. Aprendí a hundirme, a rendirme. Aprendí a vivir sin ti, sin mi, sin nadie; a ser fria, distinta, desconfiada, borde; tal cual como ahora soy. Con el paso de los meses, los días, aprendí a vivir tu ausencia; a ser sin ti. Soy sin ti, soy sin mi. No te necesito, no me necesito. Camino, camino, sin caerme, una y otra vez, sin ninguna malo a la cual agarrarme, y es duro, triste y amargo, demasiado amargo para afrontarlo, para poder ser cierto, para poder apreciarlo desde mi mismo prisma. Un año, de disgustos, de miedos, de pánico, de lágrimas, de grandes cambios, imborrables, de peleas, de busquedad, de añoranza, de ti, de mi, nuestro año, más que el anterior; el cual confirmo, afirmo, rectificó toda nuestra historia.
Ahora, comenzó un nuevo año, desde hoy, para siempre, como nuestro siempre, para unos trescientos sesenta y cinco años que nos esperan, uno más o uno menos. Lasgos, duros, quizás difíciles, pero en busca de algo, puro, sincero; de un mi sin un ti, de un ti, sin un mi. De un hola, de un adios, puro, sincero, como tanto necesito escuchar. Del cariño, del amor, puro, con leves hormigueos, pero no producidos por ti, por otra persona; por otro pasajero, por otro luchados de mis sueños; centenares de ellos. Un año lleno de vida, de sonrisas, de felicidad, por muy bien que suene, y por muy mal que vaya a ser. Soy realista, sincera, y sé que nada de esto podrá lelgar a ser cierto. No voy a ser feliz, a pesar de que tu si que lo seas; pero al menos, voy a intentarlo. Intentaré sonreir, vivir, luchar, para al fin, morir. Ser derrotada, sería algo precioso; pero siempre que mis fuerzas se den por vencidas, sin rendirme, luchando hasta el fin de los fines, para poder decir, que vivir, ha sido una gran experiencia. La vida en si, llena de cosas malas, pero incluso de pequeños detalles buenos. Poder hablar de la vida, desde el cielo, no, no desde el cielo, desde un lugar intermedio; entre el cielo y la Tierra, donde todas las almas se reunen en busca de la paz, de la libertad. Poder contarte, contarme, lo bonitos que eran anteriormente los días, lo frios que se hizieron, y como poco a poco, renacieron. Que todo no esta perdido, que algún día, todo acabará vencido. Tengo, debo, luchar, para así poder vencer, ganar o bien ser perfectamente derrotada, por el miedo, el pánico, la ansiedad, y contar mi historia, que quede gravada, perfectamente tallada.