domingo, 27 de mayo de 2012

Porque si él no está, que se derrumbe el mundo.


Debo de hacer un regalo. Pero no a ti, no, de ti ya no voy a hablar más por hoy. Debo de hacerle un gran regalo a mi querido héroe anónimo. Debo sorprenderle, y así hacerle sonreír. Sé que parezco idiota haciendo esto, hablándote de él, pero la vida es así. Ya no hay espacio para ti en mi corazón, no, la base de virus acaba de ser actualizada en el propio juego del amor. Y ya, no queda espacio ni para tu cariño, ni para tu amor, ni para ningún momento de los dos. Ahora, voy a hablarte de nuevo de él, del mismo ángel que del cielo a bajado para estar a mi lado. Y juro por Dios que es una de las mejores cosas que me ha pasado, y juro que sin él, no sabría como sobrellevarlo. Sobrellevar el mundo, el destino, y cuantísimas vueltas da mi vida. Es él quien me hace sonreír cuando solo encuentro las lágrimas, y él quien me hace reír cuando el humor carece en mi. Es él quien convierte de alegrías las tristezas, y quien ayuda a mi ser a caminar en calma. Es él, el mismo héroe anónimo que me vela el camino. El mismo que me protege, que tantísimo me ayuda. Es alguien especial, y sí, siento repetirme, pero debo aclarartelo. Debo aclararte que el mundo en parte me cobra sentido si está junto a mi, y que la tristeza no puede volver a posarse así. Debo de contarte cómo me adorna con sonrisas, y lo bien que me siento cuando camina a mi lado, sin prisas. También debo de decirte que le entregaría el mundo si hiciera falta, y que le bajaría la luna, para que así la contemplara. Y es un sentimiento, y es cariño, y es todo el aprecio que le guardo a este ser perfecto. Porque es ideal, y por mucho que lo niegue, sabe perfectamente que es cierto. Porque de él nacen las alegrías, las ilusiones, y las ganas de continuar. De él aparecen mis sonrisas, y el mundo cobra sentido. Con sus actos, su amor y su cariño, suficientes como para poder sentir aún a mi ser vivo. Y por sus palabras, su comprensión y sus animos, que vencería al gigante más aterrador si hiciera falta, si él le temiera. Y por esto, y por muchas cosas más, te hablo de él, como desde ahora mucho voy a hacer. Dicen que las cosas suceden por algo, y ahora, sé que es cierto. Sé que él apareció en mi vida para llenarla con sus propios colores, con una gama desconocida anteriormente para mi misma. Sé que él está aquí, y así, que le den a lo que sentía por tí. Y es un ángel, él es mi fortaleza. Con su cariño me abraza, y con sus palabras me acurruca si hace falta. Y sé que con sus contactos llegaría al cielo, y que con su presencia no volvería a lamentarme por nada ocurrido, ni por los celos. Celos hacia ti, hacia lo nuestro, hacia algo que ya no tiene sentido. Y ya está, se ha acabado. Gracias a él, soy más fuerte, más grande, más sincera. Ya no dudo de lo que siento, ni me aterroriza lo que experimente así por dentro. Ya no quiero ser otra, ya sé que lo mejor es ser yo misma, Y ya encontré unos brazos que me entienden, que me abrazan, y que me comprenden. A los mismos que correría ahora mismo, para estrecharme allí, y dejar correr el tiempo. Con la misma persona a la cual le dedicaría segundos, minutos, horas, vidas y todas las eternidades. A aquel principe de un cuento inventado y retocado, para nada sin ser de hadas, que está aquí, cuidando mis pisadas. Ese chico perfecto, increíble y alucinante ante mis ojos. Sin defectos, sin nada malo, solo con cosas destacables. El fiel campeón de todo lo que quiera, de todo lo que intente; el que está consiguiendo darle un ánimo a mi corazón. Al mismo que debo, que quiero regalarle algo. Últimamente, he de decirle que el mundo está muy materialista, y que la economía sobrepasa el sentido de las vidas. Por ello, y también, por cómo le encantan mis palabras, he decidido regalarle esto. Decirle que lo bueno, nunca será malo,y que por siempre me tendrá a su lado. Llenarle de sonrisas, y de caricias si hace falta. Y entregarle en mundo, a formato letra. Y mostrarle que puede vencer sus miedos, que puede enfrentarse a todo, y ganar, siendo mi fiel campeón. Mio, el niño que vela mis sonrisas, mis sueños y mis fantasías. Mi fiel amigo, mi querido compañero. Lo siento, pero le quiero. Quiero a mi ángel, y quiero que siempre esté aquí, conmigo.

Para todo aquel incomprendido que aún no entienda cuantísimo siento por tí..


                                          Lástima que ya no estés aquí.

sábado, 26 de mayo de 2012

Acabo de recordar el pasado, un yo contigo, y un tú junto a mi. He recordado lo bonito que era, y lo bien que me sentía. Y por esto, claramente he llorado. He llorado al recordarte, y al ver que aún así, nunca podré olvidarte. He muerto por dentro al sentirte, al recordar tus besos, tus contactos y tu cariño. Recuerdo tus mensajes de buenos días, recuerdo tus muestras de alegría. Recuerdo también todo aquello que me decías, y lo simple era entonces entender el por qué yo misma existía. Recuerdo que lo malo era bueno, y que el miedo apenas tenía sentido. Cuando sonreír era inevitable, y ser feliz admirable. Cuando tú estabas a mi lado, y yo contigo. Cuando nos besábamos, sin apenas sentir nuestros labios. Cuando nos amábamos, nos abrazábamos y cuidábamos. Sinceramente, hubiera querido un futuro a tu lado, pero ahora aquello me suena muy lejano. Hubiera querido amarte, y cuidarte, adorarte, y para nada matarte. Te hubiera llenado de mi calor, de mi amor, hasta que se apagara tu corazón. Y una vez así, tu yaciente y conmigo allí, hubiera llenado tu estancia de felicidad, para al fin acabar con la absurda eternidad. Como si tu fueras Romeo, y yo la simple Julieta, hubiera buscado un fin; para ir al lugar de los sueños, pues tú ya no estarías allí. Allí, a mi lado, conmigo, algo que iba a ser para siempre. Ahora, aquí, para nunca, esto ya tiene su fin. Recuerdo muchas cosas, añoro bastantes. Te siento y te olvido, te amo y te odio. Y ya no quiero tenerte conmigo. Quiero formar otro destino, olvidarme de lo bueno y de aquello que sentía cuando tú estabas posado sobre mis sentidos. Y ya está, tú no eres todo lo que he vivido. Hay veces que merece la pena cederle la vida al olvido.

Perdona por darte palabras que sí tuvieron valor.


Hace un tiempo que prometí no hablar de ti, de ti conmigo, y de mi sin ti. Hace ya tiempo que no te siento, bastante tiempo que no te tengo a mi lado. Hacen días, meses, años, tú ya no estás conmigo. Ya no te siento a mi lado, pero tranquilo, tampoco quiero sentirte. Quiero olvidarme, de ti, y de tu forma de vivir. De tu forma de hacerme feliz, de sonreír. Quiero borrar nuestro futuro, aquel que habíamos planeado, para formar el mío propio. Quiero estar lejos de ti, a miles de millones de kilómetros de tu presencia, y dejar que la mala de nuestra partida, la distancia, tome las riendas. Y quiero ser feliz, pero sin ti. Quiero expulsarte de mi corazón, sanear la base de virus, como si yo no fuera más que un ordenador y tú el intruso que se a intrometido en mi disco duro. Y quiero ya no soñar contigo, y quiero sentirte vivo. Vivo por dentro y sin mi, como ya lo estás, como bien sé que estás. Quiero verte, sentirte, para poder decir lo que es añorarte. Pero no, tranquilo, no quiero besarte. No quiero amarte, ni tampoco adorarte. Quiero tenerte aquí, como uno más, como una simple presencia. Quiero que me ayudes con tus animos y con tus besos, quiero que un contacto tuyo me lleve al cielo. Pero no, ya estamos de nuevo, otra vez he empezado. He dicho que no quiero nada de ti, que no iba a hablar contigo, tan solo conmigo, y ya lo estoy haciendo de nuevo. Estoy harta de querrerte, harta de tener que sentirte. Sé lo que es tu presencia, sin haberte presenciado nunca. Sé lo que es amarte, sin que tu lo hubieras hecho. Y sé lo que ahora es odiarte, por lo dejarme a mi misma aquí sola, conmigo. Y mataría a cupido, y le ahogaría con sus flechas. Y acabaría con el amor, y con el mal de mi corazón. Quiero borrarte ya, quiero encontrar nuestro final. Quiero concienciarme, darme cuenta de mi mal estar. Estoy obsesionada, siento obsesión por ti. Por como eran tus besos, nuestros momentos. Soy una drogadicta sin drogas ya posibles de consumir, por lo que lo único que me queda aquí es sentirte allí. Allí, lejos, frio y ausente. Sin mi, sin ti, sin nosotros. Y ahora, será un vosotros. Y mañana, ya no me quedarán folios, y del cariño, pasaré al odio. Y aunque ahora no sea cierto, ocurrirá, y todo lo malo se irá. Seré un yo sin ti, un ángel con toda la vida por vivir. Y lo siento, ya no te quiero aquí, tu presencia me ha matado, y me ha condenado a seguir. A seguir sin ti, sin tu cariño y tu amor, y a morirme por ti, por tus celos y por tu adios.

En el mundo perdido de la añoranza

No existen las sonrisas, ni las ganas, tampoco las prisas. Ya no queda tiempo, ni alegrías, ni humores, ya apenas se escriben las canciones.

viernes, 25 de mayo de 2012


Y ahora, no voy a hablar de ti. Ni de ti, ni de cuantísimo nos amabamos, ni de nosotros. No, ahora no, ahora voy a hablar de mi. De como me siento, sin ti, de mi felicidad imaginaria. Voy a contarte que a veces lo malo no es tan penoso, y que lo bueno para nada es glorioso. Voy a indicarte cómo me va la vida, que ya no tengo miedo por el simple motivo de que el mundo gira. Voy a narrarte cómo estoy, y que mi vida tan solo han sido y serán dos días. Dos días de gloria, y dos de penalidades. Voy a ser yo, un yo sin ti, como siempre quisistes. Voy a mandarte al olvido, y a sentirme perfecta por ello. Y ya está, esta es mi vida. Mi nueva vida sin ti, en un mundo hipotético en el cual los males no existen. Sin rutinas, sin miedos, solo con fuerzas, con ánimos. Siendo yo, y no tú quien decide. Y siendo todo esto una farsa, pues aún es a ti a quien escribe. Escribe mi corazón, mi ser, y aquella parte que no me permite decirte adiós. Y estoy cansada, y ya no te quiero, ya no te siento. Mi vida ya no es tuya, tú ya no eres mi vida. Pero no quiero perderte, me resulta extraña la idea de nisiquiera recordarte. Borrar mis recuerdos, mis memorias, vivir el presente. La verdad, últimamente ya no pienso en ti, ni sueño contigo, ni me muero por tu ausencia. Últimamente, ya no me haces falta. Los días son buenos, las sonrisas están presentes. Las lágrimas por las noches, fieles compañeras entre mis mentes. Y los miedos, y la soledad, y un tú ya no estás conmigo. Pero no, ya no te necesito. He llegado a sonreir sin ti, y a morir por el simple hecho de ya no tenerte aquí. He muerto de felicidad, también de ira y ignoranza. Y te he soñado por las noches, y te he matado en mis sueños. Y te he amado, te he adorado, para al final odiado. Y aunque esto no sea cierto, prefiero mentirte. Prefiero que creas que me he olvidado de ti, aunque en parte, es así. Ya no te amo, tenlo claro. Ya no te quiero, creeme que es cierto, pero aún queda algo. Quedan los recuerdos, los cuales están presos en una palabra llamada olvido que apenas tiene sentido. Queda tu presencia, a pesar de la distancia. Y quedan mis miedos, a vivir sin ti, a sentirme morir. Y queda un quería todo contigo, cambiado a sueño por un nada en tu presencia. Y me rio de mi misma, para mostrar mi indiferencia. La vida es corta, y la estoy perdiendo por tu ausencia.

Sé que ya no quedan lágrimas por llorar y dejarlas salir fuera.

Ya no tengo por qué ni para qué hablarte, pues ya no quiero recordarte. No me apetece hablar de ti, ni para ti, no, ya te he olvidado. Quiero dejarte a un lado, quiero borrarte de mi pasado, y no porque no te halla amado, si no porque el tiempo a dejado el paso marcado. Quiero olvidar los momentos, y borrar los recuerdos. Quiero ser yo misma quien acabe con esto. Quiero decir que soy un yo sin ti, y bien feliz que me siento así. Quiero sonreir, sin tener que morir. Quiero decirte que no, que a tu lado me sería imposible ver el sol, que lo bueno se haría malo, y que ya no queda espacio para tí en mi corazón. Que mi corazón es de otro, o que tal vez no. Quiero dejarte a un lado, lejos de mi presencia, y borrar toda mi memoria. Quiero estar así, sin ti y no sentirme morir. Y quiero ser feliz, conmigo, sin tu presencia, teniendote lejos. Quiero sentir la distancia, y sentirme orgullosa de ella, orgullosa de estar sola, orgullosa de haberte olvidado. Y perdoname, pero ya no quiero sentirte a mi lado; quiero que dejes paso a otras personas que más me han dado. Quiero que me ayudes a olvidarte, quiero tan solo recordarte. Y un recuerdo serás, y en un buen amigo te quedarás, y así la tristeza no se posará mucho más en mi reflejo del cristal.

martes, 22 de mayo de 2012

Algo nuevo, una nueva parte de mi vida.

Hoy no voy a hablar de ti, ni de mi misma, ni de mi, contigo, como siempre hacía. Hoy no voy a recordarte, ni a lamentarme por ti, menos a llorar por tu ausencia. Hoy no, hoy voy a relatarte cómo me va la vida. Hoy voy a contarte que lo triste a veces es alegre, y que la alegría en parte, es efímera. Hoy voy a olvidarme de ti, y de tu absurda forma de ver el mundo. Y hoy, voy a hablarte de un héroe anónimo, de una gran persona a la cual me gustaría que conocieras. He recorrido tierra y mar, he viajado medio continente. He visto tanto lluvias como zonas deserticas, y también he volado por los propios cielos, he rozado las nubes, las estrellas, aquellas que veía y visualizaba a tu lado. Creo que he aprendido a saludar en un millón de idiomas, y también, a amar sin usar ninguna regla matemática. Aprendí un todo, y un nada, un te quiero, y un ya no estás conmigo. Y ahora, he aprendido a valorar lo que son las personas, el tiempo, el espacio, y la ausencia. He aprendido que tú no eres el único que quizás merezca la pena, y que tal vez, debería dejar espacio suficiente para ser ocupado por otros. Otros como el propio heroe anónimo del cual voy a hablarte. Hay gente maravillosa, gente increible y única en este mundo, aunque dudo que nadie pueda asemejarse a él. El motivo es simple, es una persona viva y con estilo, una persona que dice lo que piensa, lo que quiere, y que nunca, nunca se calla. Es alguien en parte parecido a ti, pero tampoco puedo compararte.; tú ya no eres como anteriormente quería que fueras. Esta persona de la que hablo, es simpática, y siempre consigue hacerme sentir las sonrisas, pues es como una medicina. Medicina que de pequeña te obligan a tomar, y de mayor la sueles consumir por el propio hecho de prevenir. Prevención absoluta, remedios imposibles. Es quien a veces consigue que de las lágrimas no ocurran las tormentas, y que de los miedos no se llenen los cuantos en los que no reinan las Cenicientas. Y así es, fuerte, cariñoso y perfecto, aunque en parte no lo crea. Es un buen amigo, y tengo que decírtelo. No por nada, ni por nadie, tan solo para que lo sepas. Has de saber que he madurado, que soy más grande, más fuerte, que ya no tengo miedos. Un día me dijistes que todo iría bien, que todo se solucionaría, y lo estoy viendo. Contigo, y sin tí, estoy aprendiendo a ser feliz. Y en parte, he de agradecerselo a mi héroe, al campeón de todos los retos que se proponga ante mis ojos. El mismo con el que he podido prometer un cielo, para entregarselo si hace falta. He de agradecerle la comprensión, la ayuda y el apollo, y las fuerzas, los ánimos. Recuerdo un millón de experiencias vividas, un millón de años pasados. Recuerdo cuando este héroe estaba conmigo, y lo fácil que me hacía ver la vida. Era pequeña, y en esos momentos se podría decir que estaba enamorada, siendo un simple amor infantil, el cual ahora, es una gran amistad, una gran amistad hacia su ser, su forma de tratarme y de cuidarme, pues sé que así lo hace. He oido que dicen las malas lenguas, que lo bueno es bueno, y que a veces lo malo tiene un doble significado, y esto mismo trato de aplicarlo en su vida. He de contarte que él no está bien, que a veces, se deprime, y es algo que no me gusta. Me hace sentir mal, y llena de impotencia el pensar que alguien tan asombroso tenga que sufrir o que pasarlo mal por las propias lecciones que el destino un día le ofrecieron. Pero yo le haré sonreir, cueste lo que me cueste. Haré que sus desilusiones sean sonrisas, y que la tristeza nunca más se pose en sus letras. Y trataré de cambiarle el mundo si hace falta, cambiar los pensamientos y las leyes, para ver que todo concuerde. Y hoy, no otro día, te diré que ya soy fuerte. Que ya no voy a lamentarme más, que ya es demasiado tarde. Y hoy, te contaré que ya encontré un ángel. Un ángel escondido del cual mi propio destino desconoce y que está aquí, escondido, guiándome el castillo. Gracias, por mantenerte conmigo.

viernes, 18 de mayo de 2012

Y de nuevo, hablando de la mala de nuestro cuento.

Nunca he podido sentir tus besos, ni tus labios, ni tu simple contacto. Nunca me has abrazado, ni me has acariciado, quizás nunca tan siquiera me hallas amado. Nunca he sentido tu calor, ni he inspirado tu aliento, tu olor, nunca he podido apreciar el tono que tornan tus ojos ante la luz del sol. Nunca te he llenado de caricias, y no, nunca te he sentido cerca. Nunca te he demostrado mi amor con tactos, tan solo con hechos. Nunca te he hablado, nunca te he oido. Jamás mantuvimos una conversación, jamás te sentí cerca, ni pude darte mi amor. Jamás visualicé tu rostro, ni pude perderme entre la perfección de cada uno de tus gestos. Jamás tuvimos un siempre, y ahora por siempre viviremos nuestro nunca. No he podido dormir entre tus brazos, ni besar tus labios. No he podido acurrucarme en tu presencia, y dormirme a la luz de la fluorescencia. No he podido llenar de caricias tu cuerpo, ni sentirte, ni morirme, no he podido escuchar tus susurros. No he podido hablarte en formato secreto, ni sentirte de forma íntima. No he podido encontrar tu presencia, ni perderme contigo más allá delo que otros piensan. No he podido vencer al miedo, ni a la distancia, y ni acabar con la mala en busca de venganza. Ni cumplir mis sueños, ni formular los tuyos. Ni amarte ni adorarte, ni prometerte ni vengarte. Ni sentirte ni tentarte, ni morirme ni resucitarte. Ni querrerte ni llamarte, ni esperarte ni ansiarte. Tan solo extrañarte. Tan solo odiarte.  Y buscarte entre la nada, y perderte con un todo. Y añorarte hasta la muerte, y perderte sin nisiquiera verte. Y morirme por mis actos, y fallarte por mis llantos. Y amarte por lo bueno, y odiarte por todo lo malo. Y llorar por lo nuestro, y sonreir por aquello que nunca fue cierto. Y buscar un cruel final, y terminar sin encontrar mi propia realidad. Y vencer la distancia, y perder en la lucha. Y iniciar una nueva guerra,  y perder toda la vergüenza. Querrer tener un todo, para reducirme junto a ti a una nada. Quise un nosotros, y acabamos siendo un vosotros. Quise una promesa, y acabamos teniendo una mala historia en descompensa. Quise tenerte, y acabé por añorarte. Nunca jamás volveré a soñar, nunca jamás te volveré a amar. Nunca jamás diré un nunca más, y nunca jamás te buscaré en mi portal. No, ni uno más. No, ni te quiero otra vez más. Y quise desviarme del final, y quise volverte a soñar. Y quise sentirte, como aún quiero ver contigo el mar. Y quise amar, sin saber nisiquiera como actuar. Y lo quise arreglar, y en un quiero por siempre se va a quedar.

Quiero un te quiero, y querría que fuera cierto.

 Quiero irme junto a ti a un paraíso artificial. Uno de esos que no existen en los finales felices, uno de esos que están presentes en todas mis fantasías. Quiero encontrar lo bueno contigo, y perdernos juntos de lo malo. Quiero sonreir, y claro, también llorar, quiero ser feliz. Quiero perderme en la nada a tu lado, y recordar cuantísimo nos amamos. Quiero sentirte, a ti, en mi cuerpo, en mis actos, quiero morirme por tu contacto. Quiero perderme entre tus labios, llenar tu rostro de cariños. Quiero bailar hasta la madrugada a tu lado, y quiero dormir tranquilamente junto a ti, a tu lado. Quiero volver al pasado, quiero crear un futuro. Quiero estar contigo, y olvidarme de todo aquello malo que vivimos. Quiero que malinterpretes mis palabras, y quiero morirme a tu lado. Quiero perderme en tu mirada, quiero sentir el contacto de tus manos. Quiero aprender a vivir a tu lado, quiero soñar que lo nuestro nunca se había acabado. Quiero un te quiero, pero no puedo. Querría bajarte la luna, pero ya no está a mi altura. Querría adorarte con toda mi ternura, pero tú nunca más te posarás hasta mi altura. Quería dartelo todo, sin esperar nada a cambio. Querría convertir lo malo tuyo en bueno, y llenar de sonrisas tu triste cuento. Querría darte mi vida, querría entregarte mi futuro, para que ahora te perdieras en mi presente. Te querría a ti, si no es mucho pedir. Querría un nosotros, y un nunca entre vosotros. Querría un te voy a dar todo, y nunca más un te dejo sin apollo. Querría saborear en ti la felicidad, perderme en una historia sabiendo que nunca iría a terminar. Y querría soñar, llenar de besos este cristal. Vencer a la distancia, y reirme de la fría estancia. Poderte mirar, y sin tener que temblar. Poderte sentir, sin tenerte que añorar. Poderte besar, sin encontrar a la fría soledad. Quisiera que fuera de verdad.

Reflexión bajo un flexo.

Estoy cansada del fín del mundo. Del adios de las sonrisas, de la auto-destrucción. Estoy cansada de ver cuentos de hadas, y de así cegarme de la propia realidad. Estoy cansada de la rutina, de los te quieros, y también de los adioses. Estoy cansada de ti, y de mi también. Cansada de mi absurda forma de ser, y de mis propios sentimientos. Estoy cansada de la sociedad, del paso del tiempo, y de todos los tópicos literarios que esto conlleva. Estoy cansada de la vida, y de mis miedos. Estoy cansada de los fallos, de los errores, de lágrimas. Cansada de que nada sea perfecto, cansada de que triunfe el mal, y para nada el bien. Estoy cansada de lo malo, y de que todo siempre tenga que ser igual. Y estoy cansada de las promesas, de los regalos y también de las falsas sonrisas. Me canso de ti, de mi, y de un nosotros. Ya no quiero un todo contigo, prefiero tener la nada conmigo misma. Me canso de ilusionarme, de buscar agua para tan solo encontrarme la sed. Me canso de ir en busqueda de la felicidad, y de perderme por el camino. Ya no quiero más, no, ya no. Quiero perderme en mi cuento de hadas perfecto, quiero volar y olvidarme del mundo. Quiero aprender a vivir sin ti, quiero poder ser feliz. Quiero que lo malo sea bueno, y transformar la tristeza en guerra. Guerras de amor, guerras de sonrisas, reveliones de mi corazón; quiero expresarte que ya nisiquiera te guardo amor. Quiero sentirte odio, quiero olvidarse, y mirarte de lejos como si tu estuvieras aquí, delante. Quiero que la vida deje de tener sentido, quiero que tu presencia sea como si nunca hubiera ocurrido. Quiero morirme, para estar en muerte contigo. Quiero resucitar y volver al pasado, para ver qué hubiera ocurrido. Quiero sentirte cerca, y a la vez, que te quedes allí, lejos. Quiero quedarme perdida en la eternidad contigo, y olvidar de una vez todo aquello que hemos perdido. Quiero no llorar al hablar de ti, y sonreir al hablar de mi. Quiero un fin, quiero una despedida, un adios, con un simple beso. Quiero que seas el primero en el que pienso. Quiero irme lejos, quiero perderme de la vida. Quiero un te quiero, quiero un vete con Dios.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Rompe un bote de pastillas en tu cuarto y come, todas las que caben en tus manos.

sábado, 5 de mayo de 2012

Te he mentido, me he mentido, pero debía hacerlo.

Ya no tengo miedo a los finales, ni a las despedidas. Ya no temo a los hasta luegos, a los perdones, a los nunca esto será para siempre. Ya no tengo miedo, no, ya he cambiado. Ahora, soy otra, aunque sinceramente, soy yo misma. Ya no soy esa chica tímida, callada, que solía hacer todo lo que quisieras como para complacerte. Ya no soy aquella chica miedosa, que dudaba entre el amor y la amistad, entre caminar o quedarse quieta, aquella suicida que solo encontraba el calor posado por la sangre derramada en busca de un final. Ahora, soy yo, esa chica que apenas nunca nadie conoció. Libre, sincera, única, me siento en libertad. Se han borrado las cadenas, las cadensa de tus besos, de tu cariño, exactamente de tus recuerdos. Ya no estoy atrapada, no, puedo volar lejos. Puedo alzarme hacia el cielo, y perderme entre las nubes cuanto mi ser quiera, sin miedo, sin temores, pues yo misma consigo encontrarme el consuelo. Me he olvidado de ti, y de tu absurda gilipollez. Te he olvidado, y me he mentido para hacerlo. He creado otro cuento, otra historia, con un te quiero. Y si, te quiero. Y sí, te amo. Y sí, me estoy mintiendo. Me miento pensando que ya no te quiero, que ya no te necesito, y que todo esto tan solo es un juego. Un juego de amor, un amar para perder o para ganar, en una partida perdida sin ya apenas contrincante. Y en parte, es cierto, y en parte, tu ya no estás aquí. Ya no estas a mi lado, mostrandome tu calor, ni tu cariño, ni todo lo bueno que tenías, aquello que tan poco tú veías. Ya no estás para cuidarme, para tratarme como una niña; tu niña, para salvarme del miedo de un futuro, y para llevarme contigo lejos de un pasado. Ahora no, ahora el pasado volvió, y tu ausencia se marcó; marcada en mi cuerpo está, entra lágrimas de soledad. Por lo que, he decidido mentirme, hacerme a la idea de que esto fue lo mejor posible. Lo mejor, estar sin tu amor. Y lo peor, tener que vivir teniendo tú aún mi corazón. ¿Cómo aún puedo sentir tantísimo amor? Si soy demasiado pequeña como para conocer la definición de este a la perfección. Pero ya, ya está, se acabó. Me he mentido, te he mentido, como tantas veces he hecho. He decidido negarte mi amor, mi cariño y todo, he decidido esconderme. Esconderme, aprender a vivir sin ti; aconstumbrarme a tu ausencia. Y siendo sincera, no, no te he olvidado, y siendo sincera, sí, a pesar de todo te he amado, pero, con todo el dolor del mundo, lo he tenido que dejar a un lado. Tus besos eran mi droga, y mi más pura perdición, viciada a tus labios, me perdí, sin encontrar el camino hacia ver el sol. Y estancada en mi pasado caminé, una y otra vez, arrastrada por el suelo sin temor, a la espera de un te quiero tuyo de tu voz para poder sentirme mejor. Y en la nada me quedé, en la nada me convertí para ti. Y ahora en la nada te perderás, como nuestros malos sueños, que perdidos ya están.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Quiero, y quiero, y te quiero.

Quiero recordar lo que un día me dijistes, lo que un día te dije que me dijeraas. Quiero soñar contigo, quiero perder la cabeza. Quiero recordarte, y no sufrir apenas por ello. Quiero gritar su nombre, para encontrar tu respuesta cercana a mi presencia. Quiero soñarte, para cumplir mis sueños con mi mente nada más verte. Quiero tenerte cerca, y decirle adios a esta puta distancia que me quema. Quiero estar contigo, a pesar de que las malas lenguas de mi corazón no hacen más que ponerle fin a nuestro amargo cuento. Quiero estar contigo, y dejar mientras tanto pasar el tiempo. Quiero volver al pasado, y perderme entre las páginas que un día tu y yo llenamos. Quiero morirme a tu lado, habiendo antes aprendido a vivir con tu cariño encontrado. Quiero sentir tus besos, y que la gente se gire para mirarnos de lejos. Quiero casarme contigo, y ver como poco a poco el tiempo nos hace viejos. Quiero escuchar tus palabras, y pensarlas justo cuando tu presencia se pierda en mi ausencia. Quiero sonreir de alegría, y llorar por el amor que esta puta distancia a pesar de todo nos tenía, y que por siempre nos tendría. Quiero morirme lento, para así sentir la perdida de tu aliento. Quiero apreciar tu respiración, posandose sobre las puertas de mi corazón. Quiero estremecerme con tus contactos, del mismo modo en el que tus presencia elimine a todos los daños causados en un pasado. Quiero vivir a tu lado, y dejar que el tiempo corra, estando nosotros parados. Quiero ser feliz, sin temer de perderte de mi lado. Quiero encontrar un motivo por el que querrerte, teniendo ya millones por los que amarte hasta la muerte. Quiero morirme por tus besos, para que me revivas entre varias presiones en las que se sientan mis huesos. Quiero ver la vida pasar, pero teniendote a ti a mi lado, al otro lado del cristal. Quiero aprender a amar, que lo malo sea bueno, y que nunca llegue a nuestra historia el malestar. Quiero volver a empezar, y que nada ni nadie nos pueda separar. Quiero recordar nuestra historia, y no echarme a llorar. Quiero un yo contigo, pero no un tu con otra. Quiero ser yo, quien te mire y sonría como si estuviera loca. Quiero una historia con principio, sin desenlace pero con nudo. Quiero un comienzo para nosotros, y un final para los otros. Quiero irme del mundo contigo, y contar constelaciones perdidas por sus pocas huellas. Quiero vivir, quiero ser feliz. Quiero mirarte, quiero sentirte. Quiero tenerte, sin que tu tengas que temer poseerme. Quiero un tu, estando junto a un yo. Quiero un siempre, y que los hasta luego se borren de mi mente. Quiero un beso tuyo, nada más verte. Y quiero un futuro, junto a ti hasta la muerte; envejeciendo unidos, sin tener en cuenta todo lo que le gente piense.

Y si escribimos una historia, quiero que sea interminable.

Siempre me ha dado miedo el amor. Siempre he temido a los siempres, y al perdón. No me gustan las despedidas, pero añoro tus saludos. Siempre he sido soñadora, pero ahora me encuentro perdida entre mis propios sueños. Siempre he tenido miedo, pero ahora el miedo está presente entre lo que ya apenas no tengo. Siempre he sido yo, y solo yo quien decidiera, extrañamente ahora también influyes tu. Antes era un yo sin ti, ahora, soy un yo contigo. Antes vivía por mi, ahora tan solo lo hago por ti. Un siempre para mi era un nunca, un nunca para mi era un hasta nunca. Y un hola tuyo a veces me suponía un adios, pero ahora, es el único modo que conozco para que salga el sol. Una sonrisa tuya supondrá una lágrima, y una lágrima supondrá un tsunami. Una risa tuya supondrá que se me parta el alma, y una caricia tuya que pierda hasta mis calmas. Un abrazo tuyo sería como sentir el cálido sol tras un frío invierno, y un beso tuyo igual que la primera droga consumida sin preguntas, con las promesas incumplicas. Una vida a tu lado, sería mi locura, pero un mundo sin ti, haría perder mi cordura. Un te quiero de tus labios provocaría mil años sin torturas, y un te amo de tus labios, haría que todas las guerras frías acabaran por todo el amor que entre nosotros esto supondría. Y con todo esto no puedo decir  más, que son tus brazos los que me guían.