domingo, 27 de mayo de 2012
Porque si él no está, que se derrumbe el mundo.
sábado, 26 de mayo de 2012
Acabo de recordar el pasado, un yo contigo, y un tú junto a mi. He recordado lo bonito que era, y lo bien que me sentía. Y por esto, claramente he llorado. He llorado al recordarte, y al ver que aún así, nunca podré olvidarte. He muerto por dentro al sentirte, al recordar tus besos, tus contactos y tu cariño. Recuerdo tus mensajes de buenos días, recuerdo tus muestras de alegría. Recuerdo también todo aquello que me decías, y lo simple era entonces entender el por qué yo misma existía. Recuerdo que lo malo era bueno, y que el miedo apenas tenía sentido. Cuando sonreír era inevitable, y ser feliz admirable. Cuando tú estabas a mi lado, y yo contigo. Cuando nos besábamos, sin apenas sentir nuestros labios. Cuando nos amábamos, nos abrazábamos y cuidábamos. Sinceramente, hubiera querido un futuro a tu lado, pero ahora aquello me suena muy lejano. Hubiera querido amarte, y cuidarte, adorarte, y para nada matarte. Te hubiera llenado de mi calor, de mi amor, hasta que se apagara tu corazón. Y una vez así, tu yaciente y conmigo allí, hubiera llenado tu estancia de felicidad, para al fin acabar con la absurda eternidad. Como si tu fueras Romeo, y yo la simple Julieta, hubiera buscado un fin; para ir al lugar de los sueños, pues tú ya no estarías allí. Allí, a mi lado, conmigo, algo que iba a ser para siempre. Ahora, aquí, para nunca, esto ya tiene su fin. Recuerdo muchas cosas, añoro bastantes. Te siento y te olvido, te amo y te odio. Y ya no quiero tenerte conmigo. Quiero formar otro destino, olvidarme de lo bueno y de aquello que sentía cuando tú estabas posado sobre mis sentidos. Y ya está, tú no eres todo lo que he vivido. Hay veces que merece la pena cederle la vida al olvido.
Perdona por darte palabras que sí tuvieron valor.
En el mundo perdido de la añoranza
No existen las sonrisas, ni las ganas, tampoco las prisas. Ya no queda tiempo, ni alegrías, ni humores, ya apenas se escriben las canciones.
viernes, 25 de mayo de 2012
Sé que ya no quedan lágrimas por llorar y dejarlas salir fuera.
Ya no tengo por qué ni para qué hablarte, pues ya no quiero recordarte. No me apetece hablar de ti, ni para ti, no, ya te he olvidado. Quiero dejarte a un lado, quiero borrarte de mi pasado, y no porque no te halla amado, si no porque el tiempo a dejado el paso marcado. Quiero olvidar los momentos, y borrar los recuerdos. Quiero ser yo misma quien acabe con esto. Quiero decir que soy un yo sin ti, y bien feliz que me siento así. Quiero sonreir, sin tener que morir. Quiero decirte que no, que a tu lado me sería imposible ver el sol, que lo bueno se haría malo, y que ya no queda espacio para tí en mi corazón. Que mi corazón es de otro, o que tal vez no. Quiero dejarte a un lado, lejos de mi presencia, y borrar toda mi memoria. Quiero estar así, sin ti y no sentirme morir. Y quiero ser feliz, conmigo, sin tu presencia, teniendote lejos. Quiero sentir la distancia, y sentirme orgullosa de ella, orgullosa de estar sola, orgullosa de haberte olvidado. Y perdoname, pero ya no quiero sentirte a mi lado; quiero que dejes paso a otras personas que más me han dado. Quiero que me ayudes a olvidarte, quiero tan solo recordarte. Y un recuerdo serás, y en un buen amigo te quedarás, y así la tristeza no se posará mucho más en mi reflejo del cristal.
martes, 22 de mayo de 2012
Algo nuevo, una nueva parte de mi vida.
Hoy no voy a hablar de ti, ni de mi misma, ni de mi, contigo, como siempre hacía. Hoy no voy a recordarte, ni a lamentarme por ti, menos a llorar por tu ausencia. Hoy no, hoy voy a relatarte cómo me va la vida. Hoy voy a contarte que lo triste a veces es alegre, y que la alegría en parte, es efímera. Hoy voy a olvidarme de ti, y de tu absurda forma de ver el mundo. Y hoy, voy a hablarte de un héroe anónimo, de una gran persona a la cual me gustaría que conocieras. He recorrido tierra y mar, he viajado medio continente. He visto tanto lluvias como zonas deserticas, y también he volado por los propios cielos, he rozado las nubes, las estrellas, aquellas que veía y visualizaba a tu lado. Creo que he aprendido a saludar en un millón de idiomas, y también, a amar sin usar ninguna regla matemática. Aprendí un todo, y un nada, un te quiero, y un ya no estás conmigo. Y ahora, he aprendido a valorar lo que son las personas, el tiempo, el espacio, y la ausencia. He aprendido que tú no eres el único que quizás merezca la pena, y que tal vez, debería dejar espacio suficiente para ser ocupado por otros. Otros como el propio heroe anónimo del cual voy a hablarte. Hay gente maravillosa, gente increible y única en este mundo, aunque dudo que nadie pueda asemejarse a él. El motivo es simple, es una persona viva y con estilo, una persona que dice lo que piensa, lo que quiere, y que nunca, nunca se calla. Es alguien en parte parecido a ti, pero tampoco puedo compararte.; tú ya no eres como anteriormente quería que fueras. Esta persona de la que hablo, es simpática, y siempre consigue hacerme sentir las sonrisas, pues es como una medicina. Medicina que de pequeña te obligan a tomar, y de mayor la sueles consumir por el propio hecho de prevenir. Prevención absoluta, remedios imposibles. Es quien a veces consigue que de las lágrimas no ocurran las tormentas, y que de los miedos no se llenen los cuantos en los que no reinan las Cenicientas. Y así es, fuerte, cariñoso y perfecto, aunque en parte no lo crea. Es un buen amigo, y tengo que decírtelo. No por nada, ni por nadie, tan solo para que lo sepas. Has de saber que he madurado, que soy más grande, más fuerte, que ya no tengo miedos. Un día me dijistes que todo iría bien, que todo se solucionaría, y lo estoy viendo. Contigo, y sin tí, estoy aprendiendo a ser feliz. Y en parte, he de agradecerselo a mi héroe, al campeón de todos los retos que se proponga ante mis ojos. El mismo con el que he podido prometer un cielo, para entregarselo si hace falta. He de agradecerle la comprensión, la ayuda y el apollo, y las fuerzas, los ánimos. Recuerdo un millón de experiencias vividas, un millón de años pasados. Recuerdo cuando este héroe estaba conmigo, y lo fácil que me hacía ver la vida. Era pequeña, y en esos momentos se podría decir que estaba enamorada, siendo un simple amor infantil, el cual ahora, es una gran amistad, una gran amistad hacia su ser, su forma de tratarme y de cuidarme, pues sé que así lo hace. He oido que dicen las malas lenguas, que lo bueno es bueno, y que a veces lo malo tiene un doble significado, y esto mismo trato de aplicarlo en su vida. He de contarte que él no está bien, que a veces, se deprime, y es algo que no me gusta. Me hace sentir mal, y llena de impotencia el pensar que alguien tan asombroso tenga que sufrir o que pasarlo mal por las propias lecciones que el destino un día le ofrecieron. Pero yo le haré sonreir, cueste lo que me cueste. Haré que sus desilusiones sean sonrisas, y que la tristeza nunca más se pose en sus letras. Y trataré de cambiarle el mundo si hace falta, cambiar los pensamientos y las leyes, para ver que todo concuerde. Y hoy, no otro día, te diré que ya soy fuerte. Que ya no voy a lamentarme más, que ya es demasiado tarde. Y hoy, te contaré que ya encontré un ángel. Un ángel escondido del cual mi propio destino desconoce y que está aquí, escondido, guiándome el castillo. Gracias, por mantenerte conmigo.
viernes, 18 de mayo de 2012
Y de nuevo, hablando de la mala de nuestro cuento.
Nunca he podido sentir tus besos, ni tus labios, ni tu simple contacto. Nunca me has abrazado, ni me has acariciado, quizás nunca tan siquiera me hallas amado. Nunca he sentido tu calor, ni he inspirado tu aliento, tu olor, nunca he podido apreciar el tono que tornan tus ojos ante la luz del sol. Nunca te he llenado de caricias, y no, nunca te he sentido cerca. Nunca te he demostrado mi amor con tactos, tan solo con hechos. Nunca te he hablado, nunca te he oido. Jamás mantuvimos una conversación, jamás te sentí cerca, ni pude darte mi amor. Jamás visualicé tu rostro, ni pude perderme entre la perfección de cada uno de tus gestos. Jamás tuvimos un siempre, y ahora por siempre viviremos nuestro nunca. No he podido dormir entre tus brazos, ni besar tus labios. No he podido acurrucarme en tu presencia, y dormirme a la luz de la fluorescencia. No he podido llenar de caricias tu cuerpo, ni sentirte, ni morirme, no he podido escuchar tus susurros. No he podido hablarte en formato secreto, ni sentirte de forma íntima. No he podido encontrar tu presencia, ni perderme contigo más allá delo que otros piensan. No he podido vencer al miedo, ni a la distancia, y ni acabar con la mala en busca de venganza. Ni cumplir mis sueños, ni formular los tuyos. Ni amarte ni adorarte, ni prometerte ni vengarte. Ni sentirte ni tentarte, ni morirme ni resucitarte. Ni querrerte ni llamarte, ni esperarte ni ansiarte. Tan solo extrañarte. Tan solo odiarte. Y buscarte entre la nada, y perderte con un todo. Y añorarte hasta la muerte, y perderte sin nisiquiera verte. Y morirme por mis actos, y fallarte por mis llantos. Y amarte por lo bueno, y odiarte por todo lo malo. Y llorar por lo nuestro, y sonreir por aquello que nunca fue cierto. Y buscar un cruel final, y terminar sin encontrar mi propia realidad. Y vencer la distancia, y perder en la lucha. Y iniciar una nueva guerra, y perder toda la vergüenza. Querrer tener un todo, para reducirme junto a ti a una nada. Quise un nosotros, y acabamos siendo un vosotros. Quise una promesa, y acabamos teniendo una mala historia en descompensa. Quise tenerte, y acabé por añorarte. Nunca jamás volveré a soñar, nunca jamás te volveré a amar. Nunca jamás diré un nunca más, y nunca jamás te buscaré en mi portal. No, ni uno más. No, ni te quiero otra vez más. Y quise desviarme del final, y quise volverte a soñar. Y quise sentirte, como aún quiero ver contigo el mar. Y quise amar, sin saber nisiquiera como actuar. Y lo quise arreglar, y en un quiero por siempre se va a quedar.
Quiero un te quiero, y querría que fuera cierto.
Quiero irme junto a ti a un paraíso artificial. Uno de esos que no existen en los finales felices, uno de esos que están presentes en todas mis fantasías. Quiero encontrar lo bueno contigo, y perdernos juntos de lo malo. Quiero sonreir, y claro, también llorar, quiero ser feliz. Quiero perderme en la nada a tu lado, y recordar cuantísimo nos amamos. Quiero sentirte, a ti, en mi cuerpo, en mis actos, quiero morirme por tu contacto. Quiero perderme entre tus labios, llenar tu rostro de cariños. Quiero bailar hasta la madrugada a tu lado, y quiero dormir tranquilamente junto a ti, a tu lado. Quiero volver al pasado, quiero crear un futuro. Quiero estar contigo, y olvidarme de todo aquello malo que vivimos. Quiero que malinterpretes mis palabras, y quiero morirme a tu lado. Quiero perderme en tu mirada, quiero sentir el contacto de tus manos. Quiero aprender a vivir a tu lado, quiero soñar que lo nuestro nunca se había acabado. Quiero un te quiero, pero no puedo. Querría bajarte la luna, pero ya no está a mi altura. Querría adorarte con toda mi ternura, pero tú nunca más te posarás hasta mi altura. Quería dartelo todo, sin esperar nada a cambio. Querría convertir lo malo tuyo en bueno, y llenar de sonrisas tu triste cuento. Querría darte mi vida, querría entregarte mi futuro, para que ahora te perdieras en mi presente. Te querría a ti, si no es mucho pedir. Querría un nosotros, y un nunca entre vosotros. Querría un te voy a dar todo, y nunca más un te dejo sin apollo. Querría saborear en ti la felicidad, perderme en una historia sabiendo que nunca iría a terminar. Y querría soñar, llenar de besos este cristal. Vencer a la distancia, y reirme de la fría estancia. Poderte mirar, y sin tener que temblar. Poderte sentir, sin tenerte que añorar. Poderte besar, sin encontrar a la fría soledad. Quisiera que fuera de verdad.
Reflexión bajo un flexo.
Estoy cansada del fín del mundo. Del adios de las sonrisas, de la auto-destrucción. Estoy cansada de ver cuentos de hadas, y de así cegarme de la propia realidad. Estoy cansada de la rutina, de los te quieros, y también de los adioses. Estoy cansada de ti, y de mi también. Cansada de mi absurda forma de ser, y de mis propios sentimientos. Estoy cansada de la sociedad, del paso del tiempo, y de todos los tópicos literarios que esto conlleva. Estoy cansada de la vida, y de mis miedos. Estoy cansada de los fallos, de los errores, de lágrimas. Cansada de que nada sea perfecto, cansada de que triunfe el mal, y para nada el bien. Estoy cansada de lo malo, y de que todo siempre tenga que ser igual. Y estoy cansada de las promesas, de los regalos y también de las falsas sonrisas. Me canso de ti, de mi, y de un nosotros. Ya no quiero un todo contigo, prefiero tener la nada conmigo misma. Me canso de ilusionarme, de buscar agua para tan solo encontrarme la sed. Me canso de ir en busqueda de la felicidad, y de perderme por el camino. Ya no quiero más, no, ya no. Quiero perderme en mi cuento de hadas perfecto, quiero volar y olvidarme del mundo. Quiero aprender a vivir sin ti, quiero poder ser feliz. Quiero que lo malo sea bueno, y transformar la tristeza en guerra. Guerras de amor, guerras de sonrisas, reveliones de mi corazón; quiero expresarte que ya nisiquiera te guardo amor. Quiero sentirte odio, quiero olvidarse, y mirarte de lejos como si tu estuvieras aquí, delante. Quiero que la vida deje de tener sentido, quiero que tu presencia sea como si nunca hubiera ocurrido. Quiero morirme, para estar en muerte contigo. Quiero resucitar y volver al pasado, para ver qué hubiera ocurrido. Quiero sentirte cerca, y a la vez, que te quedes allí, lejos. Quiero quedarme perdida en la eternidad contigo, y olvidar de una vez todo aquello que hemos perdido. Quiero no llorar al hablar de ti, y sonreir al hablar de mi. Quiero un fin, quiero una despedida, un adios, con un simple beso. Quiero que seas el primero en el que pienso. Quiero irme lejos, quiero perderme de la vida. Quiero un te quiero, quiero un vete con Dios.
miércoles, 16 de mayo de 2012
sábado, 5 de mayo de 2012
Te he mentido, me he mentido, pero debía hacerlo.
Ya no tengo miedo a los finales, ni a las despedidas. Ya no temo a los hasta luegos, a los perdones, a los nunca esto será para siempre. Ya no tengo miedo, no, ya he cambiado. Ahora, soy otra, aunque sinceramente, soy yo misma. Ya no soy esa chica tímida, callada, que solía hacer todo lo que quisieras como para complacerte. Ya no soy aquella chica miedosa, que dudaba entre el amor y la amistad, entre caminar o quedarse quieta, aquella suicida que solo encontraba el calor posado por la sangre derramada en busca de un final. Ahora, soy yo, esa chica que apenas nunca nadie conoció. Libre, sincera, única, me siento en libertad. Se han borrado las cadenas, las cadensa de tus besos, de tu cariño, exactamente de tus recuerdos. Ya no estoy atrapada, no, puedo volar lejos. Puedo alzarme hacia el cielo, y perderme entre las nubes cuanto mi ser quiera, sin miedo, sin temores, pues yo misma consigo encontrarme el consuelo. Me he olvidado de ti, y de tu absurda gilipollez. Te he olvidado, y me he mentido para hacerlo. He creado otro cuento, otra historia, con un te quiero. Y si, te quiero. Y sí, te amo. Y sí, me estoy mintiendo. Me miento pensando que ya no te quiero, que ya no te necesito, y que todo esto tan solo es un juego. Un juego de amor, un amar para perder o para ganar, en una partida perdida sin ya apenas contrincante. Y en parte, es cierto, y en parte, tu ya no estás aquí. Ya no estas a mi lado, mostrandome tu calor, ni tu cariño, ni todo lo bueno que tenías, aquello que tan poco tú veías. Ya no estás para cuidarme, para tratarme como una niña; tu niña, para salvarme del miedo de un futuro, y para llevarme contigo lejos de un pasado. Ahora no, ahora el pasado volvió, y tu ausencia se marcó; marcada en mi cuerpo está, entra lágrimas de soledad. Por lo que, he decidido mentirme, hacerme a la idea de que esto fue lo mejor posible. Lo mejor, estar sin tu amor. Y lo peor, tener que vivir teniendo tú aún mi corazón. ¿Cómo aún puedo sentir tantísimo amor? Si soy demasiado pequeña como para conocer la definición de este a la perfección. Pero ya, ya está, se acabó. Me he mentido, te he mentido, como tantas veces he hecho. He decidido negarte mi amor, mi cariño y todo, he decidido esconderme. Esconderme, aprender a vivir sin ti; aconstumbrarme a tu ausencia. Y siendo sincera, no, no te he olvidado, y siendo sincera, sí, a pesar de todo te he amado, pero, con todo el dolor del mundo, lo he tenido que dejar a un lado. Tus besos eran mi droga, y mi más pura perdición, viciada a tus labios, me perdí, sin encontrar el camino hacia ver el sol. Y estancada en mi pasado caminé, una y otra vez, arrastrada por el suelo sin temor, a la espera de un te quiero tuyo de tu voz para poder sentirme mejor. Y en la nada me quedé, en la nada me convertí para ti. Y ahora en la nada te perderás, como nuestros malos sueños, que perdidos ya están.
miércoles, 2 de mayo de 2012
Quiero, y quiero, y te quiero.
Quiero recordar lo que un día me dijistes, lo que un día te dije que me dijeraas. Quiero soñar contigo, quiero perder la cabeza. Quiero recordarte, y no sufrir apenas por ello. Quiero gritar su nombre, para encontrar tu respuesta cercana a mi presencia. Quiero soñarte, para cumplir mis sueños con mi mente nada más verte. Quiero tenerte cerca, y decirle adios a esta puta distancia que me quema. Quiero estar contigo, a pesar de que las malas lenguas de mi corazón no hacen más que ponerle fin a nuestro amargo cuento. Quiero estar contigo, y dejar mientras tanto pasar el tiempo. Quiero volver al pasado, y perderme entre las páginas que un día tu y yo llenamos. Quiero morirme a tu lado, habiendo antes aprendido a vivir con tu cariño encontrado. Quiero sentir tus besos, y que la gente se gire para mirarnos de lejos. Quiero casarme contigo, y ver como poco a poco el tiempo nos hace viejos. Quiero escuchar tus palabras, y pensarlas justo cuando tu presencia se pierda en mi ausencia. Quiero sonreir de alegría, y llorar por el amor que esta puta distancia a pesar de todo nos tenía, y que por siempre nos tendría. Quiero morirme lento, para así sentir la perdida de tu aliento. Quiero apreciar tu respiración, posandose sobre las puertas de mi corazón. Quiero estremecerme con tus contactos, del mismo modo en el que tus presencia elimine a todos los daños causados en un pasado. Quiero vivir a tu lado, y dejar que el tiempo corra, estando nosotros parados. Quiero ser feliz, sin temer de perderte de mi lado. Quiero encontrar un motivo por el que querrerte, teniendo ya millones por los que amarte hasta la muerte. Quiero morirme por tus besos, para que me revivas entre varias presiones en las que se sientan mis huesos. Quiero ver la vida pasar, pero teniendote a ti a mi lado, al otro lado del cristal. Quiero aprender a amar, que lo malo sea bueno, y que nunca llegue a nuestra historia el malestar. Quiero volver a empezar, y que nada ni nadie nos pueda separar. Quiero recordar nuestra historia, y no echarme a llorar. Quiero un yo contigo, pero no un tu con otra. Quiero ser yo, quien te mire y sonría como si estuviera loca. Quiero una historia con principio, sin desenlace pero con nudo. Quiero un comienzo para nosotros, y un final para los otros. Quiero irme del mundo contigo, y contar constelaciones perdidas por sus pocas huellas. Quiero vivir, quiero ser feliz. Quiero mirarte, quiero sentirte. Quiero tenerte, sin que tu tengas que temer poseerme. Quiero un tu, estando junto a un yo. Quiero un siempre, y que los hasta luego se borren de mi mente. Quiero un beso tuyo, nada más verte. Y quiero un futuro, junto a ti hasta la muerte; envejeciendo unidos, sin tener en cuenta todo lo que le gente piense.
Y si escribimos una historia, quiero que sea interminable.
Siempre me ha dado miedo el amor. Siempre he temido a los siempres, y al perdón. No me gustan las despedidas, pero añoro tus saludos. Siempre he sido soñadora, pero ahora me encuentro perdida entre mis propios sueños. Siempre he tenido miedo, pero ahora el miedo está presente entre lo que ya apenas no tengo. Siempre he sido yo, y solo yo quien decidiera, extrañamente ahora también influyes tu. Antes era un yo sin ti, ahora, soy un yo contigo. Antes vivía por mi, ahora tan solo lo hago por ti. Un siempre para mi era un nunca, un nunca para mi era un hasta nunca. Y un hola tuyo a veces me suponía un adios, pero ahora, es el único modo que conozco para que salga el sol. Una sonrisa tuya supondrá una lágrima, y una lágrima supondrá un tsunami. Una risa tuya supondrá que se me parta el alma, y una caricia tuya que pierda hasta mis calmas. Un abrazo tuyo sería como sentir el cálido sol tras un frío invierno, y un beso tuyo igual que la primera droga consumida sin preguntas, con las promesas incumplicas. Una vida a tu lado, sería mi locura, pero un mundo sin ti, haría perder mi cordura. Un te quiero de tus labios provocaría mil años sin torturas, y un te amo de tus labios, haría que todas las guerras frías acabaran por todo el amor que entre nosotros esto supondría. Y con todo esto no puedo decir más, que son tus brazos los que me guían.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)