sábado, 30 de junio de 2012

Y ya no tengas miedo, vive sin prisas entre tus risas.


Deja a un lado las metas, los límites y los miedos, tan solo vive. Vive, sonríe y se feliz, como yo ya lo hago sin ti. Olvídate de las modas, de las opiniones, y de todas aquellas palabras. Solo grita, disfruta y encuentra todos aquellos tesoros perdidos entre los poetas. Ríe y no llores, sal sin mirar la hora. Dile adiós al tiempo y al viento, y también a la homogenida. Diviértete con tu vida, nunca arruines tu propia partida. Y vive, y lucha y sueña, jamás prometas algo que perfectamente sabes que acorta todas tus metas. Y haz lo que te guste, y olvida todo aquello que algún día hiciste. Encuentra en final, la clave para que todo comience a prosperar. Y así serás feliz, contigo mismo y los demás. Y yo ya sin ti, sin mi, viva la armonía de este lugar. Come, ríe y baila, que nunca te importe tu peso en las andanzas. Ni tu peso ni tu rostro, ni tu cuerpo ni tus gustos. Eres único tal y como te han formado, por mucho que algunos te lo nieguen entre sus malos enfados. La perfección no existe, los espejismos siempre están presentes. Lo importante no es un cuerpo, si no una mente. Así que quiérete, y diviértete ante la gente. Disfruta de que te vean diferente, que nunca tengas que bajar la frente. Y olvídate de lo que opine la gente, de sus miedos y de sus envidias nunca mostradas para tu propia mente. No importa un gusto, si no aquello que haces sin tener en cuenta lo que los demás piensen. Lo importante no es tu genio, si no la forma en la que con ingenio arreglas los transtornos perdidos de todos aquellos locos dementes. Deja de amargarte, sal hacia delante. Como yo hago con mi vida, como tú seguramente harás con la tuya. Deja salir las carcajadas, y inspira hondo el aire, agradece la posesión del oxígeno de este. Dile hola a la vida, adiós a la melancolía. Y agradece tu existencia, y no pierdas el tiempo rogando mientras rezas. Sal fuera, no te pierdas entre las teclas. Disfruta de la compañía, y también de tu propia melodía. Canta si te gusta, baila si crees que eres buena, y escribe si deseas perderte entre las letras. Vístete a tu gusto, que nunca una opinión se convierta en nuevos miedos oscuros. Pasa por las calles, y conoce nuevos lugares. Y vive, disfruta con el carpe diem. Que la juventud es corta, y el tiempo demasiado largo. Hay demasiados minutos, demasiados segundos perdidos. Ya no pierdas el tiempo, corre, que comience tu nueva vida. Renace y lucha, hazte más fuerte. Para que ya no tengas que hablar con los duendes, ni perderte entre las malas lágrimas que un día me dijiste. Para que salga el sol, y mañana comience un nuevo motivo por el que reír a su son. Deja a un lado las metas, los límites, y los miedos, te lo digo otra vez. Y déjame olvidar cuanto te quería, y cuantas veces me llenaba toda aquella horrible melancolía. Recuerda que ya nunca serás mia, y que con el paso del tiempo, te encontrarás sola yaciente en una fría ladera.

La esperanza ya deja de existir.

Confiaba en las personas, en el mundo, en el propio destino. Confiaba en un todo irá bien, en un algún día el sol se posará. Confiaba en ti, en mi, y en todos los demás. Confiaba en las palabras, pero sobretodo en los actos. Confiaba en tu sonrisa, y en la forma en la cual me mirabas. Confiaba en las risas, en las alegrías, pero para nada en la tristeza. Confiaba en los sueños, en los deseos y en el propio paraíso. Confiaba en las reglas, y en la pura lógica. Confiaba en tus promesas, y también en las suyas. Confiaba en un te lo juro, aún más que en un te lo prometo. Y ahora, resulta que todo es una triste mentira. Creía en las palabras, en todas aquellas que las almas abandonadas me han dedicado. Confiaba en un siempre, pero para nada en un nunca. Creía en la vida, en la alegría, y odiaba a la añoranza. Pero ahora, con el paso del tiempo, he llegado a entenderlo todo. Ni tus promesas ni las mias, ni las suyas ni las de otros; todo no es más que una falsa apariencia. No existen los te quiero, ni los te amo, ni un te lo prometo. No existen las metas ni los deseos, menos los juramentos. Ya no existe un no siento nada, pero menos un ya no te quiero para nada. No existe nada, la nada es una absurda obsesión. Ya no están las sonrisas, ni todas aquellas veces que me decías que me querías. Y el mundo se ha vuelto loco, y todo el mundo se ha hundido en lo más hondo de un pozo. Todo ha cambiado, para ti, para mi y para él. Ya no somos tres, ya no vamos a formar un trío; pues ni tu estás conmigo, ni yo estoy contigo, ni él se encuentra entre nosotros. Ni él, ni el otro, quizás otro más, o aquel. Ya no podemos formar una orgia por los sentimientos, ni una mezcla demasiado grande entre estos. Ya no somos capaces de formar un combinado, ni de mezclar todo aquello que nos ha unido. Pues ya ni tu, ni yo, ni nada será capaz de unirnos. Pues nada existe, todo es un espejismo. Un espejismo de sentimientos, una falsa y una mentira llena de los abismos. Pues ni las promesas existen, ni tus juramentos, ni los sentimientos. Ya no confio en la nada, la nada en un todo se a transformado. Ya no creo en ti, ni en mi, menos en la suerte. El destino para mi ha sellado su muerte, y los miedos cada vez son más fuertes. Y adios a cupido, y adios a la buena suerte. Adios a la juventud, a la infancia, al propio mundo. Adios a todo, y a la nada también. Se ha acabado, estoy bastante cansada. Todo es mentira, nada es cierto, nada existe. Obsesionada estoy, en un mundo lleno de dolores. Obsesionada por tus besos, por poder besar sus labios. Obsesionada con la distancia, con borrarla por mis abrazos. Obsesionada con el tiempo, mientras que crezco. Obsesionada en la vida, condenada a la añoranza. Y ya no estás aquí, no podré salir.

viernes, 29 de junio de 2012

Ya he encontrado el final.


Me he propuesto superar mis miedos, alcanzar nuevas metas. He decidido ser yo, y no otra. Quiero luchar, quiero prosperar, para al fin mi final encontrar. Quiero ser única, pero no fuera de la realidad. Quiero imaginar, pero no vivir en mi burbuja, y morir al final. Quiero resucitar, por cada fallo y en cada error, encontrar una señal. Quiero sonreír si ya no estás, y nunca más llorar ante un acto de maldad. Quiero encontrar un camino, y perderme en uno que no acaba contigo. Quiero dejarte en el olvido, y apenas recordar lo vivido. Quiero disfrutar, y reírme de que no estás. Quiero madrugar, y bailar al son de un compás. Quiero encontrar, mil respuestas y soñar. Quiero ver la vida pasar, pero no estar al otro lado del cristal. Y no, no quiero llorar más, apenas te quiero recordar. Ni a ti ni a mi, ni a un nosotros ni a un sin fin, ya sobras aquí. Quiero un adios, pero no de ti. Quiero un hasta nunca, para ya no volverte a tener aquí. Quiero un fin de cupido, una muerte triste en el olvido. Quiero libertad, y tengo ansias de volar. Quiero ya no extrañar, y menos añorarte al pasar. Quiero olvidar el pasado, y recordar que pronto vendrá un futuro cercano. Quiero buscarte sin parar y no encontrarte, verme llorar. Quiero luchar sin ti, sonreír no más para ti. Y quiero un fin, en el cual ya no te tenga aquí. Quiero un todo, a cambio yo te daré un nada monada. Y quiero una nueva vida, y a cambio daría un millón de sonrisas. Quiero morir, para luego revivir. No quiero ser como ayer, ni tampoco crecer. Quiero que el tiempo pare, y no recordarte por las calles. Ya no quiero envejecer, y menos rejuvenecer. Quiero quedarme quieta, estancada aunque esté inquieta. Y ya no quiero nada más, por lo que ya no debo contar. Ya no quiero cuentos perfectos, ni tampoco historias llenas de defectos. Quiero la pura realidad, en la que tu ni siquiera existes para los demás. Quiero un ya no quiero más, para acabar este libro, y dejarlo por terminar.

jueves, 28 de junio de 2012

En mi opinión no se puede ser feliz, si no estar feliz. Y espero, que al mundo nunca le de por partir. Que entre tanto y tan mal sufrir, enuentre la hora de sonreir.

martes, 26 de junio de 2012

Y te sientes volando, flotando, sonriente y feliz, justo cuando el sol aún no se puso a partir.


Simple niña, con fuerte corazón, poderosa entre millones de Don, que ella solita no sabía que podría destruir su propio corazón. Preciosa sonrisa, mirada perdida, ¿a dónde se irá tu propia partida? Niña sin miedos, tan fuerte como el agua ardiente. Sueños con fantasías, en el mismo verso perdido de sus propias melodías. Cancionero que te canta cada día, lleno de tus promesas incumplidas, dime niña, ¿qué se supone que te depara la vida? Loca andante de esta partida, que tu misma te dejaste llevar por la ira. Pequeña princesa perdida, en un cuento de rosas todo fingida. Y ahora, dime tú, ¿quién te ayudará a sobrellevar tu mala vida? Ni los ángeles ni las estrellas, ni la nada ni el todo, tu sola te quedarás, como el triste lodo.

Ya no volveré a ser esa chica del ayer.

Y por primera vez, ya no te hablé a ti. Ayer nada iba por ti, pero es cierto en parte, ya no deseo tenerte aquí. Ni a mi lado ni a tus besos, todo lo tuyo hace que me llegue a sentir como un preso. Y vete lejos, para que la suerte haga su función y quedemos ilesos. Llevate lejos tu calor y tu comprension, y todas aquellas veces que me hablastes de corasón. Y ya no creo mas en el amor, pues la flor marchita caduca, y ya no quedas medicinas contra el dolor. Y gracias, pero ya no quiero tu perdón, que digas que los daños ya se los llevó el tiempo pasado entre los dos. Ahora queiro que no vuelvas aquí, y que por esto yo vuelva a sonreir. Y ser feliz, perderme entre las melodías que un día dejastes escritas. Y llorar y reir, aprender a vivir sin ti. Ya no soy un yo contigo, y menos un nosotros unidos. Ya no queda el amor ni el cariño, ya no quiero sentir cada uno de tus suspiros. Ni tus palabras ni el pasado, ya te has borrado.

Ya no formas parte de mi risa.

Y ya no necesito que estes conmigo con prisas. Ni con ellas ni sin ellas, ya no te quiero luchando por posarte en mis laderas. Ya no quiero tu sonria, fría y áspera melodía, ni todas aquellas veces que me decías que me querías. Ya no quiero tu confianza, ni todos aquellos motivos por los cuales hoy arde mi garganta. Ya no quiero vivir por ti, ni haber llegado a existir. Quiero irme de aqui, para que tu te quedes allí. Sola, sin mi y sin ellos, incluso sin ti. La soledad será tu enemiga en mi época de partir, y bien extrañaras no tenerme por allí. Y ya no tendrás mis palabras, ni mis fríos llantos llenos del amargo espanto. Ya no tendrás mi amor, ni aquellas palabras que te decía de corazón. Y ya el tiempo no nos hará un favor, pues te quiero lejos, y esto no es solo un adios, es un no vuelvas, por favor. Las lagrimas por ti, el miedo por mi. El panico hacia ti, tu risa para mi. Tus malos actos, tus castigos que se reafirman con tu canto, amarga esclava del placer consumido en el acto. Tu disfruta con el mal, haciendome perder los sueños que ya no volverán, deseando que mi gloria sea nula al final. Y yo me guiaré sin más, para perderme entre las malas páginas de este diario lleno de la falta de bondad. Y si me quieres, no me vuelvas a hablar. El infierno te ha consumido, ya de nada serás capaz. Para mi ni existes, aunque sea duro de afrontar. Ya no quedaran fechas, ni recuerdos de un tiempo leal, pues por mucho que luches, ya nada llegará. Y es verdad, el corazón es fragil, y el mío no se puede pegar. Por mucho que lo intentes, ya nada se arreglará; pues el miedo esta presente, pero también mis ansias de libertad.

lunes, 25 de junio de 2012

Y confiaba en ti.

No me lo puedo creer. Vas de buena, de astuta y confiada, y tratas que todo te salga bordada. Con tus mentiras y tus miedos, causas estragos dolorosos tras los senos. Y ahota vete, a contarle los cuentos perdidos de tus besos, a inventarte fantasía moribundas sin compañías, y olvida por siempre el cariño que sinceramente no te tenia. Llevate lejos tus contactos, y el fuerte estruendo de tu mano cuando decidio ir al canto, porque ya nunca mas tu luz llegara a posarse en mi cuarto. Y pues lo siento, pero ya nunca mae consolaras mi llanto, ni haras mis sonrisas, ni llegare a quererte tanto. Se acabo, doña falsa persona del espanto, ya nunca mas conseguiras seguir mi camino del frio llanto. Sere un yo sin ti, querida, y no vuelvas a buscarme más aquí. Porque hare de mis lagrimas barreras, incluso me cortare las venas. Gracias por hacer mi noche buena en gris, y por volver amargo hasta el barniz.

No temas ha encontrar el fin.


Y he oído que ante todo hay que sonreír. Que el camino es largo, pero siempre acaba por venir. Que las ilusiones se acaban, pero pronto vuelven a resurgir. Que tu conmigo, y yo aquí, por siempre unidos, decían algo así.

sábado, 23 de junio de 2012

Hay que encontrar ante todo el aguante.


He aprendido bastante bien lo que es la soledad. La soledad de no estar contigo, de no estar conmigo, de no estar con vosotros, con él, ni con el otro, ni con ninguno. Conozco bien lo que es la amargura, y el miedo a perder la cordura. Conozco bien los dramas, y las películas sin tramas. Conozco los sueños, también los deseos y los malos pasajeros. Conozco todo aquello que me juzga de no conocer nada nuevo. He aprendido lo que es estar sin nadie, sin ti, sin mi, sin ningún alma perdida a mi alcance. A aprendido a convivir en soledad, y a adorar mi reflejo en frente de un cristal. He aprendido a conversar, conmigo misma, pero jamás con los demás. He crecido con miedos, con impotencia, sin las ganas de prosperar. He crecido sola, sin un alma poseída que me guiara hasta el final. He crecido sin un todo, perdiéndome entre la madera de mi escritorio. He crecido sin ayuda, sin fuerzas, sin ilusiones. Y ahora, soy yo misma. Ahora ya no soy otra, ahora ya no acepto las derrotas. Sé lo que es no tener consuelo, y perderse entre un millón de agujeros. Sé lo que es caerse al subsuelo, sin que una buena mano te agarre antes de caer al suelo. Sé lo que son las lágrimas, las malas miradas, todas aquellas veces que pasaron de mi cara. Pero ya soy más fuerte, ya ni el levante puede con mi aguante. Y yo, sola, sin ti y sin mi, sin él y sin ellos, aguantaré aunque ya apenas me queden batallas presentes. Y lucharé, y viviré, por todo aquello que merezca la pena este mal trance. Por vosotros y por mi, por él y por ti, por todo aquel que aún se quede a mi alcance.

viernes, 22 de junio de 2012

Sonríe, todo es más fácil.


He oído decir que hay que sonreír en todo. Que lo bueno a veces es malo, pero que lo malo casi siempre es bueno. He oído lo que muchos dicen, he dicho mucho que otros han oído. Me he perdido entre las palabras de otros, y me he encontrado entre las mías propias. He comprendido lo que es el bien, y aquello que se califica como el mal. A estar bien, ha ser feliz, y a llorar. He aprendido lo que es un todo, y también que significa aquello de perderse entre la nada. He encontrado el verdadero significado a ya no hay más, y también el cierto ha aquello de que todo terminará. Y ahora, como gran loca demente de este mundo que conozco, tengo derecho a hablar. A hablaros a vosotros, no más a ti mismo. No quiero hablar ahora de ti, ni de ti conmigo. Quiero hablar con unas grandes personas, con unas personas increíbles. Quiero hablar con varios, con varios anónimos perdidos entre el tiempo. Quiero que sepas lo importantes que son, lo grande que es su corazón. Quiero que les conozcas, que sepas cómo se dejan llevar al son del propio sol, aunque sé que tú nunca más querrías saber de algo que afecte a mi propio interior. Y voy a hablar con ellos, ya no contigo. Al menos por hoy, al menos por ahora. Quiero decirte que son grandes, y a ellos mismos que son increíbles. La vida es mala, la vida es cruel y dura. La vida, maldita película oscura. Sé que nada es fácil, que a veces un todo es difícil. Sé que las sonrisas cuestan, y más subir las cuestas. Sé que no estais bien, que el cielo os ataca aunque ni siquiera lo busqueis. Y también sé que lo bueno no viene, que las discursiones duelen. Pero todo irá bien, en algún momento. Un día el sol saldrá, y todo volverá a encajar. Sé que solo digo palabras, y que todo sigue igual, pero algún día encontraremos el final. Tu conmigo, vosotras a mi lado. Algún día todo dejará de ir más, de existir y de renegar. Y no solo hablo de ellas, si no de él. Somos muchos, todos unidos. No uno, ni dos, ni tres, quizás siete. Somos bastantes, únicos y valientes. Valiente el que ríe con el corazón llorando. Valiente el que sonríe, el que sigue luchando. Valiente el que sonríe, aunque no sienta nada de su parte. Valiente el que es único, el que a pesar de todo sigue adelante. Valientes los héroes anónimos, que aún siguen de mi parte. Valiente todo aquel que siga sin ayuda de un aguante. Valientes vosotros, queridos amigos de un poco más allá del levante. Valiente todo aquel que sepa lo que tiene delante. No quiero veros mal. No quiero que lloreis, que tan siquiera os lamenteis. Quiero deciros que sois grandes, que me importais. Y siempre será así, por muchos males que aguanteis. Hoy de forma excepcional, voy a centrar en una heroína entre las demás. Ella, bonita y preciosa. Ella, única como ninguna; de sus sonrisas aparecen vidas, y de sus lágrimas huidas. Ella, tan imperfecta como la vida. Con una personalidad, con un futuro y toda una condena. Ella, que se pierde entre las cadenas. Ella, tan perfecta como otros desean. Y ella, a la cual quiero tantísimo como las cadenas que asfisian su condena. Ella es preciosa, ella es ella. Ella es bella, como una flor en primavera. Y aunque no lo vea, no merece ninguna absurda condena. No merece que el tiempo le deje huella. Merece ánimos, y alegrías, no penas. Merece mirar hacia alante, no perderse hasta no encontrar el aguante. Quiero hablar con ella, y no contigo esta vez. Quiero decirle que lo bueno es cierto, y que no piense que va a perder. Que yo estoy con ella, que todo irá bien. Y que pase lo que pase, que siempre saldrá el amanecer.
Querida princesa de un cuento irreal, que lucha y sueña por las cadenas eliminar, no tengas miedo, que ya nada perderás,  pues la fría condena pronto acabará. Tu sigue hacia delante, y lucha sin parar, no tengas miedo, pues siempre habrá alguien leal, y sonríe aunque quieras llorar, pues pronto todo acabará, el negro se volverá gris, y el gris en blanco tornará. No llenes tu vida de una mala presencia sin más, ni dejes que malos actos acaben por hacerte marchar, dí todo lo que sientas, sin pensar en qué ocurrirá al final, y bien te sentirás, contigo mismo y los demás. Nunca temas a nada, princesa de mi bien estar, que pase lo que pase, tendrás un hueco en mi portal. Y sigue hacia delante, vuela sin parar. Pierdete entre tus fantasías, como siempre ansiastes sin final. Y ya está, olvídate de que algo malo podrá pasar. Pues tu conmigo, y yo contigo veremos la luz de este mal estar. Y juntas venceremos, y unidas nos uniremos. Y ya nunca más volveremos a sentir qué era aquello de estar mal, de llorar, de dejarnos influenciar. Sonríe, bella amante de mi estar, y nunca más llores, o acabaré por llorar. Contigo, pero no sin ti, no me pidas continuar, por que a tu lado soy feliz, estoy viva, ya que te siento respirar. Vamos pequeña, te juro que algún día podremos continuar.

Una nueva etapa.



Ya no tengo miedo. Ni prisas, aunque tampoco risas. Ya no voy a luchar por ti, y menos por mi. Ahora, voy a vivir mi vida. Ahora, voy a ser yo misma. Yo, la misma de siempre, pero mejor. Ahora voy a dejarme llevar. Voy a sonreír, voy a reír, voy a olvidarme del mundo. Y estaré sola, sin ti y sin mi. Y me perderé entre los compases, sin buscar su fin. Y seré yo, no otra, como siempre. Seré la misma chica que en un pasado perdiste. Tan niña, pero también tan madura. Lucharé por mis sueños, dejaré el amor a un lado. Comenzaré a volar, a sentir en cada palabra que suelto llena de encanto. Empezaré a apreciar todo mi trabajo. A agradecer estar aquí, a llorar por ya no tenerte junto a mi. Pero no quiero más experiencias amargas, ni golpes, ni tampoco lágrimas. No quiero un ya no estás conmigo, pero sí un ya estoy sin ti. Quiero un no te extraño, quiero un voy a ser feliz. Y así es, y así será. Soy feliz sin ti, voy a serlo, y ya me tienes aquí. Sin miedos, sin nada, única, dispuesta a vivir mi vida. Mi vida en la que tu ya no estarás, en la que ya no me influirás. Ya no te quiero, ya no te amo, y ya no quiero tu consuelo. Lo siento, pero perdí mi tiempo tirada en el suelo. Lamentándome y recordándote, nada bueno me esperaba a mi alcance. Y ya crecí, y ya sufrí. Y se acabó, por fin se terminó. Ya no te quiero, y ya no me quieres. Ya te extraño, pero tu a mi no. Y voy a ser yo, y me voy a olvidar de un todo. Del todo y de la nada, ya nada existe. Eres mi todo, y un nada de mi te guardo. En un baul de recuerdos te quedarás encerrado, y con el paso del tiempo, borrado. Y ya está, y ya este es el final. No quiero verte otra vez más, ni sentirte, ni llamarme, apenas quiero hablarte. Y quiero sonreír, vaya, quiero ser feliz, aunque tú ya no estés aquí.

jueves, 21 de junio de 2012

14/6/2010

Querido Sergio del pasado:
Vale..Voy a reunir el valor. Voy a dejar que mi corazón escriba, y a la mierda los demás. Voy a dejar que mi órgano vital se exprese. Quiero pedirte perdón, además de querrer pedirtelo, te lo mereces. Te lo mereces porque eres la puta persona más preciosa en este mundo de locos sin sentido. Porque has sido demasiado bueno conmigo, y yo, y mis malditos actos, te han hecho daño. Lo siento Sergio, lo siento mucho. Siento haber sido una cria, y sobre todo, siento ver que sigo siendolo. Pero es que, ostia. Estoy enfadada con el mundo. Estoy enfadada con el mundo por no saber apreciar lo que tenía delante; por dejarme guiar por los demás. Por la gente que ahora ni tengo, por la que perdí al estár con el estado de animos que estaba.
Quiero empezar por el principio. Tengo que disculparme de muchas cosas, y me gustaría empezar desde arriba, a explicartelo todo. Sergio, siento haber sido así. Siento haber estado siempre tan confundida, pero te puedo afirmar una cosa; era porque estaba locamente enamorada de ti. Aunque no debo decir estaba, porque sabes que sigo estandolo. Joder,  eres tan grande que en mi corazón no cabes. Y fui una gilipollas, creo que aún sigo siendolo. Pero no entrabas, y tenia un miedo de narices, pues nunca había sentido lo que sentia por ti. ¿Sabes lo que te echo de menos? ¿Cuanto echo de menos tus besos, tus abrazos? Es lo único que necesito. Y quiero disculparme. Después, te fuistes a la universidad. Aún no comprendo porqué fui tan jodidamente egoista en ese momento. Decidí esperarte, y lo tenía claro. Me daba igual el tiempo, me sigue dando igual. Pero te echaba de menos Sergio, te echaba mucho de menos. Comprendo, es normal que preferias irte de fiesta antes de entrar aquí un momento, pero en aquellos momentos, eso no lo entendí. Todo hay que admitirlo, aquí he decidido sincerarme, y voy a hacerlo; entre en depresión. Lo siento, siento haberlo echo, pero me pasó. Todo empezó a joderse, tanto contigo, como en mi vida. No se si lo sabes, pero transtornos incontrolables. Entonces..Tú no estabas para animarme. Después, la gente no paraba de amargarme, con mentiras y más mentiras, queriendo que me separara, que no pudiera estar a tu alcance. Sabían que no estaba bien, que me pasaba los días llorando. Sabían que aquello me pasaria factura, y sí, me ha pasado; mi brazo derecho está jodidamente marcado. También, perdí a toda esa gente que intentó hacer que me olvidara de ti. Y te lo confieso, después de tanto esperarte, la cagué por eso mismo. Por la gente, porque no me dejaban escuchar a mi corazón. Y intenté olvidarme de ti, pero no me fue posible, joder. Prové con un chico como experimento, y sé que eso no se tiene que hacer, pero fui una imbecil. Pero al rato, me arrepentí. Me di cuenta de que eso no era lo que quería, no me sentia ni cómoda, ni agusto, ni nada. Y te lo prometo, iba a acabar con ello cuanto antes, pero ¿qué paso? Que volviste a entrar justo después en ese momento. No te puedes llegar a imaginar como me sentí, el dolor que me produjo. Maldije a todo lo que se me puso por encima, y lo pagué conmigo misma. Nunca me ha gustado hacer daño a nadie, y creo que lo sabes; aunque no te lo halla demostrado muy bien ultimamente.

Y ya no me queda tiempo ni para ir a misa.

Y ahora no voy a hablar de ti, si no de mi. Voy a contarte cómo estoy, como me va sin ti. Estoy bien, y mal a la misma vez. El cansancio me abruma, y las energías son muy amplias. Estoy aquí, luchando por ser feliz. Contigo y sin ti, ya poco me importa. Solo sé que ha habido un fin, y no puedo seguir así. No puedo lamentarme, no puedo vivir por ti. Ni adorarte ni extrañarte, ni amarte ni desearte. No puedo soñar contigo, no puedo morirme por el simple hecho de querer ser tu abrigo. No puedo recordar tu aroma, ni perderme entre los folios que marcaban nuestra historia. No puedo sonreír, pero menos llorar al saber que no estás aquí. No puedo depender de ti, no para ser feliz, no para volver a resistir. Debo ser yo, yo misma y no morir. No puedo renegarme a seguir, no puedo pensar que todo dejará de existir. No puedo imaginar que ya no estás aquí, y menos saber que nunca llegarías a existir. No debo sonreír, sabiendo que ya nunca más pasarás por aquí, pero tampoco llorar, al saber que realmente tu quieres que sea así. Debo de ser yo, y dejar a un lado todo lo que sentí por ti. Pues ya no estás aquí, pues ya no quiero sentirte al fin. No quiero soñar contigo, ni recordarte, ni recordarme. De ti de mi, de lo nuestro, y del pasado. Quiero dejarte a un lado. Y he vuelto a hablar de mi, de mi sin ti. Estoy bien, aunque sinceramente esto sea mentir. Trato de creerme que nunca has llegado a existir, y de no extrañarte cuando te veo partir. Trato e no soñar contigo, de no llorar con tu presencia. Y trato de ser yo, esa chica a la cual tantísimo quisiste. La de siempre, solo que un poco diferente. Más mayor, pero también algo más pequeña. Pequeña por dentro, en mi interior. Y todo ha cambiado, y ya no queda una parte guardada para nuestro amor. Y ya he crecido, y ya no temo ver el sol. No temo sentir el amor, pero tampoco morirme al ver que todo cambia de color. Ya no temo a la vida ni a la muerte, ya no sueño con verte si tengo suerte. Ya no tengo metas, ni ilusiones, ahora vivo el día a día, dejándome llevar por la corriente. Y ya está, me da igual lo que opine la gente. Me da igual lo que la gente piense, de mi, de como soy, de mi forma de sentir la corriente. Y se acabó, no quiero seguir siendo paciente. Paciente a las lágrimas, a las idas y a las venidas, a tu huida. Y no quiero seguir aquí, esperando a que por fin el cielo acabe este sufrir que en antaño corre para dejarlo todo sin partir. Sin partir, sin ti, en la espera de que algo bueno ocurra al fin. Y soy yo, no otra persona. Y ya he crecido, he madurado, ya soy otra. Otra siendo la misma, me he mejorado. Ya sonrío, ya me guío. He encontrado a un ángel guardián que me sigue por el camino. Pero ya no quiero más amor, ni más consuelos, ni más besos. Ya no quiero sentir a nadie, ni a ti ni a un don nadie. Ya no quiero que seas tu, pero tampoco que sea otro. Y ya no quiero nada, el amor se ha ido, se a desvanecido desde el lado por el que escribo. Y ya no hay espacio para el cariño, para tu aroma, para tus sonrisas. Y ya no quedan tus palabras, ni aquellas formas de tu cuerpo bien marcadas para mi vista. Ya no queda , ni un ya nunca volverás. Ya no queda ni el recuerdo, que tanto me llegaba a marcar. Ahora estoy sola, y ya nunca nadie volverá.


Dejar que la inspiración venga. Sonreír, llorar y perderme en la nada. Quiero escribir aquí, pero no quiero escribirte. A ti ni a nadie más, nunca nada volverá. No quiero hablar contigo, estoy harta. Harta de escribirte sin escucharte, harta de hablarte sin tan siquiera leerte. Harta de soñar, de saber que ya nunca más volverás. Hace mucho que no se nada de ti, y creo, que tu tampoco sabes nada de mi. Te estás perdiendo mi infancia, mis lágrimas. Ya no estás para animarme, ya no estás para tan siquiera consolarme. Y maldita la distancia, y malditos los recuerdos. Maldita la hora en la que te encontré conmigo. Y ya, nisiquiera somos amigos; pues tu ya no estás conmigo. Ya no te siento, ya no te quiero, pero sí te extraño. Te necesito a mi lado, para que seas al menos tan solo mi abrigo. Para llenarme de tu aroma, para perderme entre tus brazos. Y lo siento, pero odio recordarte, y ya no quiero escribirte. Ya no quiero sentirte ni adorarte, ni tampoco necesitarte. Se ha acabado, tu ya no estás ni estarás a mi alcance.

Ya no hay espacio para los dos.

Me he propuesto la tarea de ser feliz. Me la propuse yo, y también mi mejor amiga. Esta me indicó, una vez y otra mi mal estado, y que por fin debía sonreír. Me hizo abrir los ojos, es más, poder llegar a seguir.  Me indicó que a veces lo malo es realmente bueno, y que los errores no son más que fallos sin consuelo. Que a veces la vida va, y otras veces también viene. Y he vuelto aquí, para hablar contigo, pero ya no más de ti. Estoy harta de seguirte, de recordarte y de morirme. Estoy harta de soñar contigo, de saber que tan siquiera existes. Sé que no eres más que un espejismo, que una ilusión irreal para mi. Y ya está, y se ha acabado, ya no quiero tu consuelo. No quiero el consuelo de tu realidad, de que eres real, pues sé que no es así. Sé que tu no eres nada, al igual que yo tampoco lo soy. Sé que no existes, que no eres más que una ilusión del tiempo para mi, más que un recuerdo. Sé que te me has quedado marcado, pero esto ha llegado hasta aquí. No quiero hablar de ti, no quiero sentir por ti. Quiero cumplir mi meta de felicidad, aquella que me indicaba que me olvidara de todo aquello que estuviera relacionado con algo de ti. Y quiero sonreír, y quiero vivir. Dejar a un lado lo que un día sentí por ti, por nosotros, y por un futuro junto a un sin fin. Quiero olvidarme de la eternidad, que ya no estás aquí. Y quiero que pase el tiempo, olvidarme de tu cariño, de tus contactos, de que un día fuiste algo. Y ya está, y no quiero hablar. Ya no quiero hablar de ti, de ti conmigo. Quiero ser yo misma, la chica de siempre, esa que conociste. Pero ya no quiero soñarte, ya no quiero adorarte, ni amarrarte. Ya no quiero escribirte, aunque sí hablarte. Quiero contarte como me va, para que veas que son feliz, sin ti. Y que ya no te necesito, que ya no lo eres nada. Y lo siento, para mi siempre serás un mito. Un mito, una leyenda, como si estuviera maldita. Y se acabó, ya no queda espacio para los dos. Mi corazón arde y llora, y tu ni siquiera te molestas en ver como son tus espinas las lo corroboran.

viernes, 15 de junio de 2012

Y pensé que eras mi ángel. Y creí que tus brazos serían el mejor refugio a mi alcance. Y soñé con sentirte aquí, adelante. Y el sueño se convirtió en no más que un trance.

Y fuera de mi corazón, ya no quiero sentir más

Había decidido creer en el amor. Había decidido ser fuerte, había decidido no pensar. Quería enamorarme, quería sentir, pero no sentirte. Quería ser otra, quería al fin crecer, pero ya tengo claro que no lo quiero hacer. No quiero ser otra, no quiero enamorarme, no quiero sufrir. Estoy harta de cupido, y quiero que ya se vaya de aquí. Quiero que este lejos de mi, que me olvide, que se pierda entre el tiempo. No te quiero conmigo, pero tampoco a otro. Me había enamorado, me había enamorado de verdad. Y cómo no, la cruel realidad al fin me abrió los ojos de nuevo. Me hizo ver que tu ya no eres mío, pero que nunca otro logrará serlo. Había vuelto a sonreír, a soñar, a sentirme feliz. Y, una vez que el sol ya se había posado en mi vida, una vez que por fin el mal no existía, la realidad que me envolvía se convirtió en no más que una absurda falsedad. Falsas sus palabras, falsas las tuyas también. No existes, él tampoco existe para mi, y ahora llego a creer que yo tampoco. No soy más que un espejismo, un mal recuerdo, un alma condenada a seguir en pie tras el paso del tiempo. Y no quiero, y lo odio, y quiero cambiar esto. Sentí el amor, el aire consumido por este. Sentí que no debía decirle adiós, incluso tenté a la suerte; llegué a olvidarte. Ahora, veo que me he equivocado. Ahora veo que para mi el amor no existe, que es una simple condena. Condena el sentirlo, para luego no sentirle. Y estoy entre rejas, y estoy presa, pero ya no quiero salir. Me he cansado de este juego, me he olvidado de todo. Perdí las instrucciones del amor, perdí las ganas de amar. De amarte, a ti, y a cualquier otro. Y te lo repito, por él conseguí olvidarte. Y lo admito, en mi mente siempre serás un mito. Y lo siento, pero le digo adiós a cupido. No quiero sentirle más conmigo, quiero dejarle en el propio olvido. Olvidarle, olvidarte, a ti y a él, a todos. Quiero quedarme sola, sin nadie, sentir la propia soledad y el mal. Y saber, que ya nada nunca volverá. Lo siento, pero estoy cansada de los finales con un mal. Estoy cansada de verte y suspirar, de recordarte y llorar. Cansada de pensar en un futuro que no tiene lugar. Cansada de ti, de él y de mi; ahora solo quiero amar a la soledad. Y adorarla, y cuidarla, y que me envuelva. Y olvidar que la suerte ya no me quiere tanto como la mala gente.
Si ya te lo han hecho y encima sabes que duele, ¿para que cojones lo haces tú de nuevo ahora?

jueves, 14 de junio de 2012

Recordar lo vivido.


Ayer volví a hablar de ti. De ti, conmigo, de lo que era un nosotros. Ayer alguien me hizo recordarte, y por ello, lamentarme. Normalmente, suelo pensar en qué era un tu conmigo, y en lo feliz que me sentía siendo tu mi abrigo. Ayer, en cambio, pude sentirme vacía, y perder la propia paciencia que tenía. Te recordé, recordé todo lo vivido. Y pensar que hace ya casi dos años desde que te he perdido. Y pensar, que ya hacen más de tres desde que nos conocimos. Y recordar que ya no soy nada, que tu ya no eres nada para mi. Ya no piensas en mi, ya no me necesitas. Ya no te quiero a ti, ya te siento lejos. Mi corazón volvió, pero esta vez, siento que vuelvo a necesitarte conmigo. Conmigo, aquí, como siempre; no quiero que te quedas en el olvido. Estoy pensando en ti, en lo que vivimos, y en cuantísimo nos quisimos. Por las noches solía pensar en ti, y por el día vivir contigo. Y pensar que yo misma nunca quise tenerte como amigo. Aún recuerdo el día en el que nos conocimos, cuando tu conmigo, y yo contigo. Recuerdo las risas, el buen humor y las sonrisas, también que te sentía cerca. Cerca y junto a mi, sé que ya no estás conmigo. Recuerdo nuestras conversaciones, tus te quieros, tu aliento en el mío. Recuerdo tu aroma, la sensación de sentirte vivo. En cambio, ya no estás, no, ya no estás conmigo. Ya no existes para mi, te has ido a otro universo. Te has borrado y me has dejado sola, sin ti, aquí, lamentandome. Lamentandome por tu ausencia, recordándote y adorándote. Ayer volví a llorar por ti, y vaya, hacía tiempo que no me sentía así. A llorar, a reír, y a sufrir. Llorar porque ya no estás, reír porque ya nunca volverás, y sufrir porque esto nunca encontrará un fin. Y estoy cansada, es más, agotada. No quiero penar en ti, no quiero hablar de ti. Estoy cansada de seguir así. Cansada de luchar para perder, de ganar sin conocer. Lo siento, pero estoy cansada de seguir en este tren. En este vagón solitario, que no sé tan siquiera a donde me lleva. Estoy cansada de tener que estar sentada, cansada de ver la vida pasar. Y se ha acabado, ya está, lo siento, pero ya no puedo más. No puedo recordarte, no puedo añorarte. Debo crecer, debo madurar, para al fin dejarte marchar. Sé que es lo que quieres, sé que es lo que necesitas. Sé que ya en el fondo, ya no queda hueco para esta mala historia marchita. Sé que se ha acabado, y sé que es cierto. Sé que mucho tiempo ha pasado, y que soy una idiota al aún seguir lamentando. Sé que ya está, que nunca volverá. Pero odio recordar, odio recordarte, odio llorar por ti. Odio tener que hablar de un yo contigo, cuando ya nada es verdad. Odio que una persona a la que realmente quiero, llegue al enfado por aún extrañarte. Y debo ser fuerte, y tentar a la suerte. Mirarte a los ojos y no temblar, saber que ya nunca volverás. Y no te quiero aquí conmigo, ni ya tampoco te amo. Ya he aprendido a vivir, sin ti. Pero odio aquello que ocurrió ayer. Odio llorar en mi cuarto, abrazada a mi propia almohada por el simple hecho de revivir lo vivido. Y allí, con el rostro posada en ella, las horas pasaban. Mi cabello revuelto, mi mirada perdida. Mis lágrimas chocando, llenando cada lugar de su tinta. Y recordar que tanto nos quisimos, que por mi seguías vivo. Que lástima que ya no te tenga conmigo. Recordar tus mensajes, tus llamadas no existentes, y vaya, que hubiera tentado a la suerte por oírte. A ti, a tu voz, por poder escucharte. Lo siento, pero quiero tentar a la suerte. Quiero por favor escucharte, quiero por favor sentirte. Aunque sea una vez, solo una vez. Pero no malinterpretes mis palabras otra vez. No quiero volver contigo, ya no te amo, ya no te necesito. Estoy enamorada, de otro, y no es de ti. Ya no estás conmigo, ya no te quiero a mi lado. Pero quiero sentirte, quiero poder abrazarte, incluso besarte, para saber cómo se siente. Quiero, por favor sentirte. Posarme sobre tu cuerpo, abrazarte, y amarte. Volver a aquello que ocurrió haría varios años, parar el tiempo, perderme en la nada. Quiero ir a verte, quiero que esto ocurra. Y decirle a la mala de nuestra historia que no existe; que la distancia es tan solo una palabra.Y sé, que tú lo sabes.

miércoles, 13 de junio de 2012

martes, 12 de junio de 2012

Ya no quiero que seas mi abrigo.

Y por muy extraño que suene en mi, me he enamorado. Mi corazón a decidido volver de tu lado no para quedarse conmigo si no para irse con otro. Con otro que no eres tú, y ya nunca más serás tú. Sé que dije que esto sería para siempee, y en parte, es cierto. Me has tenido exactamente casi unos dos años o más detrás de ti, lamentandome por tu ausencia, encontrandome en una absoluta obsesión, pero al fin, he podido abrir los ojos. Tu no me quieres, por lo que yo tampoco tengo que querrerte. Tu ya no me adoras, por lo que voy a dejar a un lado lo de extrañarte. Y ahora, sin ti pero conmigo, pude recibir de nuevo la agradable visita de mi querido órgano vital, el cual, se encontraba realmente ofendido con mi ser. ¿Por qué? Porque te dejé marchar, porque te hize daño, y así, al fin, lo rompí en mil pedazos, por nisiquiera pararme a escucharlo. Y él, odiando a mi persona, volvio para hacer las paces. Fue doloroso y duradero este proceso, pero al fin, sé que ya esta conmigo, y que confia en mi persona, del todo. Ahora, le hago caso. Si me dice salto, salto, y si me indica que me quede quieta, mi cuerpo se paraliza como si no fuera mas que una estatua. Y tras conversar mucho mas con el, me indico su nuevo amor, lo cual me hizo ver, que ya no queda sitio para mi en mi propio corazón. Estoy enamorada, no de ti, de otro, y sé que en el fondo incluso hasta te alegras. Y lo siento, perdóname, pero ya no te quiero mas en mi corazón. Ya no quiero hablar contigo, ya no quiero morirme al pensar en ti. Ahora, quiero concentrarme en mi nuevo propietario, el cual, como un angel guardian del destino, consigue protegerme del frio. Hasta luego, nunca mas te tendre conmigo.
Ya no estas conmigo, ya no estoy contigo. Ya no lloro, y ahora sí que sonrio. Hasta luego y hasta nunca, maldito enemigo del destino, lo siento, pero ya no te quiero más conmigo.

jueves, 7 de junio de 2012

Cuando pierdes la tierra y el mar.

Te hundistes en tu mar de lágrimas, y no supistes como nadar. Asustada por el tiempo, te empezastes a ahogar, por los sueños perdidos, que ya lejanos están, por aquellas risas, que ya no oirás, por todos aquellos llantos, que ahora te llaman sin parar, por todas estas lágrimas, que me haces derramar, por todos esos gritos, que dejastes salir al final, por toda aquella gente, que sin mas te dejó perdida en tu propio mal, por todos esos, que ahora se inundan entre el suave paso dejado de tu malestar, y porque ahora, yo no sé como finalizar todo aquello perdido desde que ya no estas. Cómo seguir sin ti, veladora de mis sueños, cómo sonreír, si tu eras mi sonrisa, como ver la vida pasar, sabiendo que tú ya no estarás.. Dime cómo pequeña,como afrontar que tu ya no volverás. Mi corazón grita sin parar, con miles de deseos que no puede aguantar, quiere estar a tu lado, lo grita sin cesar, acompañandote en aquel frío lugar. Con un grito me desvanecí al mas allá, con la esperanza, de verte al final. Sola estoy ahora, en un lejano lugar, rodeasa de gente, que viene y se va, a veces te oigo, princesa de mi estar y llorando me dices que como pude acabar en este lugar

viernes, 1 de junio de 2012

La noticia esperada.


Por fin lo he hecho, por fin. He borrado tus recuerdos, todo aquello que poseía relacionado a ti. He tenido valor, he encontrado las fuerzas, ya lo he hecho. Soy más fuerte, y ahora estoy segura de ello. Pudiendo ser fuerte, retiré tus fotos, tu rostro, tu sonrisa y tus labios prisioneros. Me escapé de tu carcel de una forma rápida, corriendo tan solo, para así, alejarme de tu propia presencia. Y ya, ya está, ya estoy fuera. Ya no soy tuya, ni tu mio, pero ya tampoco quiero serlo. Ha sido duro, me ha dolido, he llorado, y creeme, muchísimo lo he lamentado. Me he hundido, en muerto en mi propia existencia, pero por fin, encontré la salida de este mal mundo de aquí. Y ahora, me siento libre, única, feliz y distinta. Ya no estoy atrapada, y ya no te siento. Ya no te extraño, ya no te amo. Y se ha acabado, adios a nuestra historia, a nuestro maldito cuento de dos. Adios al amor, al cariño y a la comprensión. Adios, adios a las sonrisas, y a la buena vida. Adios a las lágrimas, y al miedo a la verdad. Hola a la sinceridad, al ser yo misma. Hola a mi nuevo yo, adios al mostruo que el destino creó. Hola a mis nuevas metas, a la forma de convivir sin ti. Ya no diré más un te echo de menos, ni un te quiero. Ya no pensaré en ti, y en cómo por ti mi mundo temblaba. Ya no me lamentaré, ni lloraré, ni me hundiré, ni me mataré. Ya me olvidé de un futuro a tu lado, y de un te amo. Me olvidé de tus sonrisas, de tu forma de hacerme feliz. Me olvidé de tu rostro, de tus palabras, y de todo aquello que nos unió. Borré mis recuerdos, para ya nunca más volver a sentirte. Y así será, y así es. Te has borrado, me he borrado, y todo lo nuestro, se ha acabado.
Pienso y pensaré que fuí una idiota, y lo daría todo, por tan solo escribirte una nota.