sábado, 10 de noviembre de 2012

En un animal te convertirás.


- Eres un canival, una bestia entre más, ya no eres un humano, ya no más. Te has transformado, has cambiado, a pesar de que algunos en el fondo te querían de verdad. Te has levantado hoy fuera de la realidad, te has cambiado, como si se tratara de tu piel mudar. Has decidido cambiar tu forma de pensar; por todo lo ocurrido, por el mal que te invadió hasta el final. Te has matado, aunque tu mismo pienses que sigues allí donde querías en un pasado estar, siendo ahora tu pesadilla, menuda fiesta va a comenzar. Has culpado a la vida del verbo amar, te has levantado, solo el odio queda ya. Las ganas de acabar, con fuerza aquello que un día quisiste un poco más. Dos años de esperar, para luego, nada, nada más. Has perdido la cordura, dile a la locura que te sirva un poco de alegría en esta atadura. Déjate llenar, que te invada un poco más, las ganas de verte un final. La añoranza no se va, recuerdos de cuanto la querías de verdad. Te has despertado hoy, otra vez más, sin verla en tu estar. A tu lado ya no esta, su aroma no se respira al respirar, no se ve su rostro al despertar, ya nada más. La has perdido, ya que quedas en su nido. Envuélvete entre las sábanas, piérdete donde su cuerpo estuvo, donde la pasión os detuvo, donde hiciste algo que afirmó eso de que fueras suyo. Recuérdala un poco más, a esa princesita de cristal. Que se derrumbaba si otra te saludaba al pasar, que era una fiera cuando menos era de esperar. Acuérdate de eso de quererla de verdad, de fingir que apenas la amabas ante los demás por miedo de que se agobiara, al conocer toda la realidad. Ella, otra bestia en el altar, con mirada desafiante, melena alborotada, a pesar, de que estuviera guapa, con todo lo que te quisiera mostrar. Ella, salvaje y tierna aunque no parezca real. Ella, compañera de tu estar hasta que se esfumó, se borró, te abandonó. Vaya princesa, reducida a algo menor que una alcaldesa. Vaya ladrona, de tu corazón, que ahora solo me llora. Empéñate en prosperar, no en ocultar a la gente tu malestar, que te has convertido en un animal. Deja de llevar, todas aquellas camisetas de recuerdos que ya no volverán, déjalo, olvídala ya. Olvida que la quisiste de verdad, pues ¿para qué te sirve ya? ¿Para qué te me vas a lamentar, acaso te va a ayudar? Si estás atrapado, ciego en una oscuridad sin final. Desnúdate, para vestirte, y mírate, siente que, el pasado debería volver. Maldita melancolía, que hace que no se te vaya a posar la alegría. Ahora cambiate, arréglate, ponte guapo, como tan bien te sabes ver. Mírate al espejo otra vez, odiate como bien ahora sabes hacer. Eres perfecto, aunque no lo ves. Todos contenemos la perfección sin querer, pues todos somos únicos, distintos así que, nadie podría superarte, escúchame. Deja de pensar en cuanto la quieres volver a ver: que se ha ido, todo a acabado en un llanto frío. Eres un hombre, no vayas buscando a los hombros. Parece que el mundo se te ha caído, se ha llenado de escombros; y ahora vengo a decirte yo, recógelos para crear algo mejor. Pero lástima que te me hayas perdido de la estación. La poca cordura ya no está, mierda, vas a darte un final. Acaso, ¿tanto la querías en verdad? ¿No se dice que eso de amar es una trola más? ¿Que a veces solo es el físico lo que te impulsa a estar? ¿Que otras veces es la manera de pensar? ¡¡¡¡Deja de querer poseerla sin parar!!!!! Sé que tu cuerpo necesita de esa necesidad, que a los estímulos ya no te sabes controlar, pero para, déjalo ya. Olvídate de una vez de lo que ya no puede volver. Espera, ¿qué quieres hacer? ¿Acabar con tu vida, para que la muerte te pueda poseer? ¿Acaso crees que conseguirás arreglar algo alguna vez? Estás idiota, como pienses en caer. Como me abandones, como me dejes, aquí, mientras que veo llover. Ni se te ocurra, para, esto no debería suceder. Entre tus manos esta lo que nunca quise ver, algo afilado, que mostrará que pronto vas a caer. Estás llorando, como si un río en un afluente se estuviera descargando. Has explotado de verdad, la bestia a buscado un final. Y con miedo, observas como la arma que tienes entre tus manos puede ofrecerte la posibilidad de cambiar todo lo que tuviste, sin apenas a nadie consultar. Y ahora, yo que estoy en tu mente, y te conozco de verdad, sé que te estás planteando se acaso ella cuenta se dará, de tu ausencia, si acaso te recordará. Ahora te lamentas de quererla de verdad. Y ahora, de no ser un tío más. Ahora vuelves a llorar. Entre tus manos tomas la salida, el fin de la partida, y comienzas a herirte, a llenarte de heridas. Rojo que cubren las melodías, dolor que antes no sentías. Si ya tenías a tu corazón en sangrar, ¿por qué quieres más? ¿Acaso te va el masoquismo o disfrutas con el mal? Sé que antes así no eras, no más. Quiero que pares, que me escuches al final. Te estoy gritando desde el cielo, desde donde un día supuse que me escucharías. Pero tu nada, sigues, erre que erre, con esa cosa fría. Te has dañado, la sangre todo lo ha llenado. La hemorragia no cesa, siento que estás perdiendo la cabeza. Por favor, retrocede, dale al pause y admite que estás teniendo un error. No quiero que te mueras, tú no. Ya estoy yo aquí, y te digo que no es un buen sitio, para qué mentir. Todo es frío, sin tu presencia, mala vida, que destino. Yo que tanto te quise de verdad, que tantísimo te llegué a amar. He estado espiándote desde que dejé que el amor me venciera y al final, mira donde acabé, por enloquecer como por el momento a ti te esta dando por suceder. Lo gracioso es que así te volveré a ver; lo triste es que seguramente ni recordarás aquellos amanecer. Seguro que no te acuerdas de quien soy, de por qué te he cuidado tanto, de a donde voy. Seguro que aparecerás y me huirás, como ya hiciste, a pesar, de que el pasado a ti no te marcó ningún final. Estás en el suelo, siento que pides ayuda a gritos pero con miedo. No te puedo ir a salvar, lo siento, aunque quiera de verdad. No soy egoista a pesar, de que si murieras, te pudiera contemplar, mejor dicho, tocar. Un día te amé, a ti, aunque seguramente lo correspondido no estaba allí. Por las noches me dedicaba a pensar, que quizás me desnudarías, o yo que sé, me besarías hasta rabiar. Pero tú amabas a otra, a una chica, fuera de lo normal. A esa princesita de cristal; la que ahora te ha hecho acabar. Menudo drama, y yo aquí, en esta oscuridad, tu con la sangre que se te derrama. Esto te pasa por no quererme, por tan siquiera mirarme. Esto te pasa por ignorarme. Tu corazón trata de latir, de sentir, de volver a vivir..No te quieres ir. Acabas de darte cuenta de que tu sitio no es el sin fin. Pero lástima que ya no haya un remedio para ti; pronto aparecerás en los telediarios y así, tal vez aquella bestia que te hizo morir se dará cuenta de cuanto era para ti; aunque bueno, no te lo aseguro, porque tú no lo viste así. Estaré aquí, esperándote, hasta que decidas venir a por mi; estoy esperándote desde hace unos dos años, y nos queda el resto de la eternidad en este sin fin.

Te puedo prometer un mundo, pero te juro que sin ti me derrumbo.


Nunca jamás pensé en que algo pudiera llegar a ser así. Jamás imaginé ni pude querer sentir algo tan grande aquí, pues mi mente creía que ya ves, una falsedad, no más es. Ahora que te tengo de verdad, que conozco todo cuanto te quiero mostrar, vengo de dedicarte unas palabras, no mucho más; la cosa es que esto no será otro poema más. Otro de tantos, con tanto por mostrar, con tantas palabras por dedicar. Hoy te quiero hacer algo especial. Quiero componer y cantar, si hace falta bailar, que más me da; solo quiero que te guste de verdad. Quiero que sonrías al pensar, que pronto me tendrás cerca, allí donde quiero estar, entre tus brazos, vaya maravilla voy a encontrar. Que pronto te podré besar, saborear esos labios que tantísimo tiempo he querido probar, a los que tantas deudas le debo, ya que al final, no los supe dar todo el cariño que mi corazón mostraba como bien sabes en realidad. Tengo ganas de perderme en tu estar, de amarte un poco más, de sentirte, sin parar. Tengo ganas de pegarme a tu cuerpo y disfrutar, de conocer todo lo que me quieras mostrar, de aprender, de perderme por todo tu ser.  Tengo ganas de ya tenerte por fin otra vez, de verte y de llenarte de mi esencia, para que no dudes en volver. No quiero conocer el verbo perder, y menos referido a un no volverte a ver. Tengo miedo de que eso algún día pudiera suceder, pero sé que harás lo imposible por cuidarme, por mimarme, y también sé, que si en algún momento el amor llegara a desaparecer, pediría ayuda a los recuerdos para así hacerte ver, que a mi lado te quiero tener, que ya no te puedo no querer, porque gracias a ti he aprendido a componer, miles de melodías cuando el agua está fría, cuando la melancolía decide decirle un hola a la alegría. Y es que pronto voy a estar, acurrucada, perdida en tu estar, en tu pecho apollar, mi rostro y suspirar, respirar tu aroma, morirme de verdad. Pienso morir en cuanto te vea en mi portal; más al despedirme, con millones de besos, continuos hasta dejarte sin respirar. No te quiero dejar, no quiero no verte, ni no sentirte, no quiero un no nunca más. Quiero poder tenerte a mi lado aunque sea un segundo más. Por un segundo, mucho te podría regalar, por un minuto ya ni te cuento, pues verás, por toda una vida la mía te entregaría sin mirar atrás, sin pensar en lo que un día me hizo acabar mal, sin recordar que una historia así estuvo en antaño hace ya. Si me prometes que esto será de verdad, para siempre, más allá de la eternidad, yo te prometo muchas cosas además. Te prometo el amarte de verdad, como ya lo hago, claro está, el quererte a cada instante un poco más, el adorarte siempre que me cuides a pesar, de que lo malo a veces tenga lugar, de que no todo siempre sea perfecto, pues todos sabemos que el sol aunque no lo quieras viene después. Prometo despertarte un día más, día tras día, para que nada más empezar, tengas esa sonrisa, tan preciosa, que tantas veces me pongo a imaginar, que tantas veces en mi mente estás, que siento que ya no sé pensar nada más, que ya no me sé ni expresar, tan solo indicar cuanto nos queda por prosperar. Prometo despedirte, mandarte besos que te despisten, cada noche mientras que el sueño aparece. Prometo componerte melodías, poesías, centrar en ti toda mi vida. Prometo entregarte mi futuro, borrar mi pasado, quedarme en tu cuerpo como un barco anclado. Prometo hacerte disfrutar, que tal vez me quieras un poco más. Prometo demostrarte que esto es hasta el final, que no quiero una fecha de caducidad. Que te conservaré a la perfección, en mi corazón. Que sepas que eres lo mejor. Te prometo una vida, te juro que esta estará siempre en mi compañía. Ahora, solo tienes que aceptar una condición; el ver mi sonrisa día tras día, el seguir empleando la palabra "tuya". Pues tuya soy, tuya seré, hasta los restos aquí me quedaré.