lunes, 13 de enero de 2014

Tus besos

Estoy soñando con tus labios, que me siguen como esclavos, esos, que quieren devorarme a besos. Pero estoy soñando con un recuerdo; con unos labios que ya ni siento.


Ahora, se los devora el viento, el que se cuela también entre mis huesos, y siento el frío sin el calor de tu cuerpo que ignorante cree que nada fue cierto y falsamente ignora todo cuanto le cuento, dejándose conquistar por el viento, sustituyendo así la falta de mis besos, y con abrigos el calor de los buenos momentos.





El ruido de las sábanas en las que faltas, con la distancia que se me atraganta, tan sola, sin la calma recordando cuanto me dabas, llenándome del cariño que me faltaba.
A mis brazos, malas pasadas, heridas malcuradas, pesadillas desveladas pero cuanto amor me dabas.







Y entre las estrellas me susurrabas cuanto me amabas. Ellas, recelosas a la Luna se quejaban y cómplices te alejaron de mi cuartada. Ahora no me dices nada. El aliento me falta por no tener esos besos que me encantan, pero deberé acostumbrarme al desgaste, a la muerte y al desastre, a que toda mi vida sea un lastre.
Y entre tus brazos falsos esta noche, en mis sábanas, te imagino, a pesar de todo aún estás vivo. En realidad no es más que problemas del destino: de que siempre se aleja de mi todo lo bueno que vino.